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BARCELONA

Cuatro años sin el Profeta

El Barça no olvida un día a Johan Cruyff, uno de los personajes más influyentes de su historia. Capaz de poner en el mapa mundial al club con su fichaje como jugador y de convertirle en ganador como entrenador.

Cuatro años sin el Profeta
LLUIS GENEAFP

Tal día como hoy hace cuatro años, Barcelona se quedó en silencio y no porque fuese Jueves Santo. A mediodía del 24 de marzo de 2016 se conoció la noticia del fallecimiento de Johan Cruyff debido a un cáncer. Sus últimos días transcurrieron en silencio, con el estilo y la elegancia que le caracterizaron. La ciudad de Barcelona respetó los últimos días del Flaco, el personaje más influyente del Barça moderno, capaz de poner en el mapa mundial al club como jugador cuando llegó en 1973; y, sobre todo, de colorear y convertir al Barça en un club optimista, ganador y con una filosofía única de juego en su era dorada de entrenador. Cruyff importó una manera desconocida de jugar al fútbol en España y, apoyado en tres extranjeros diferenciales (Koeman, Laudrup y Stoichkov), nacionales de nivel (Zubizarreta, Bakero, Txiki, Goiko, Eusebio, Nadal, Salinas) y una fe inquebrantable en La Masia (Ferrer, Sergi, Milla, Amor y el niño de sus ojos, Pep Guardiola) conquistó España (cuatro Ligas y una Copa) y Europa (una Recopa y la primera Copa de Europa en la historia del club).

Cuatro años sin el Profeta

Destituido por Josep Lluis Núñez en los últimos días de la temporada 1995-96, la figura de Cruyff resultó tan gigante que hizo nacer una corriente, el cruyffismo, contra el establishment. Cruyffistas contra nuñistas, esa fue la gran guerra del barcelonismo de fin de siglo hasta que Núñez se vio obligado a dejar el club. Joan Laporta quiso darle su sitio y le nombró presidente de honor en su última temporada de mandato (2009-2010). Cruyff renunció con la llegada de Sandro Rosell. La directiva de Bartomeu, no obstante, tuvo un comportamiento a la altura en el homenaje a Johan.

A día de hoy, el Holandés Volador tiene dos estadios a su nombre. En Amsterdam, el Johan Cruyff Arena. Y en las afueras de la Ciudad Condal, inaugurado el 27 de agosto de 2019, el Estadi Johan Cruyff (Sant Joan Despí) es la casa del Barça B, también del equipo femenino. Seguro que a Johan le habría gustado saber que el último paso de los chicos al Camp Nou se gestaría en un recinto que llevase su nombre. Suficiente o no para su dimensión en el Barça, ya es cuestión de familias y filias y fobias entre cruyffistas y no tantos, que también los hay. El Profeta del Gol, el Holandés Volador, también tiene una escultura en la fachada de Tribuna del Camp Nou. Hecha de bronce, tiene una altura de 3,5 metros pesa unos 1.500 kilos y fue creada por la escultora holandesa Corry Ammerlaan van Niekerk (Alphen aan den Rijn, 1947).

Cuatro años sin el Profeta

Vallfogona de Riucorb, un bello municipio de la Conca de Barberá, también le rindió tributo a su manera. En septiembre, inauguró el carrer Johan Cruyff en un bonito acto al que acudió Joan Laporta; además de Susila y Jessua, hija y nieto del exjugador y entrenador del Barcelona,

El legado de Cruyff, no obstante, no es sólo estático. También dinámico e itinerante. La Fundación Johan Cruyff apoya y desarrolla proyectos deportivos a través de proyectos como los Cruyff Courts que lleva inaugurando años por toda Cataluña. Campos apadrinados por figuras como Guardiola, Stotichkov, Puyol, Xavi y otras leyendas azulgranas.

En estos días difíciles de coronavirus, es fácil recordar la frase de Guardiola. "Cuando dudo siempre pienso: ¿Qué haría Johan?".