Los malos resultados deportivos llevaron a Lorenzo Sanz a prescindir de Jorge Valdano e iniciar una revolución que puso en manos de Fabio Capello.
Ante la dimisión de Mendoza no hubo vacío de poder. Entre los once directivos supervivientes y conforme a la aplicación del artículo 49 de los Estatutos fue elegido como sucesor Lorenzo Sanz. El nuevo presidente tenía 52 años y se había encumbrado dentro de la junta gracias a su capacidad para avalar las crecientes deudas de la sociedad. De los once miembros supervivientes, sólo seis eran originarios de las elecciones anteriores y dos de ellos, Stampa y Gómez Sequeira, habían anunciado su solidaridad con Mendoza. El primer peligro para Sanz, por tanto, era el artículo 38 que establecía que en caso de quedar la directiva reducida a menos de cinco miembros habría que proceder a convocar elecciones. La dimisión de los amigos de Mendoza comportaba tal situación a no ser que se lograse en la Asamblea que los compromisarios ratificasen en sus cargos a los cinco que no tenían la legitimidad de las urnas: Juan Manuel Herrero, José María López Tejero, Carlos Escudero, Francisco Bustos y José Luis Fernández Centeno.
Sanz se presentó ante los medios de comunicación el día 21 de noviembre, en vísperas del encuentro europeo con el Ajax: “Esta Junta es capaz de resolver el problema económico, pero no daremos a conocer las soluciones hasta que sean un hecho… No es el momento de convocar elecciones, no estamos en campaña y un proceso electoral influiría negativamente en la marcha del equipo … Me someteré a la voluntad de los compromisarios antes de que concluya la temporada … Hay que hablar de fútbol y dejar a un lado las deudas con los jugadores, con Hacienda o con los proveedores; eso lo vamos a solucionar”.
Lo socios no comprendían cómo podía haberse llegado a un deterioro económico tan considerable en números rojos.
Los socios y simpatizantes se encontraban desconcertados. A todos les interesaba primordialmente el éxito deportivo, pero se daban cuenta que sin orden interno, económico y funcional, las dificultades para lograrlo eran mucho mayores. De otra parte no comprendían cómo podía haberse llegado a un deterioro económico tan considerable en números rojos.
Se perdió con el Ajax en el Bernabéu (0-2) en un partido de neta superioridad holandesa y lleno absoluto sin que el público manifestase síntomas de desagrado por el triunfo de los pupilos de Van Gaal. Parecía que estuviese aletargado por los recientes acontecimientos.
El triunfo en Zúrich permitió clasificarse en el segundo puesto y entrar en sorteo para los cuartos de final de la Champions.
El 4 de febrero tuvo lugar la Asamblea en la que Sanz fue refrendado en el cargo. El presidente legitimó su puesto con los votos de los compromisarios. Se contabilizaron en el escrutinio 699 síes, 154 noes, 21 abstenciones y 5 votos nulos. El periodo de su mandato se extendía hasta febrero de 1999, fecha en que hubiese debido finalizar el de Mendoza.
Días después incorporó como nuevos directivos a Ignacio Silva y Juan Antonio Onieva, vocal en la candidatura de Gómez Pintado en las últimas elecciones. Este último sería en poco tiempo el brazo derecho del presidente en cuestiones económicas. Con posterioridad se nombró a Jaime Ussía y José Luis Sánchez Fernández-Valderrama.
la nueva directiva
- Presidente: Lorenzo Sanz
- Vicepresidente deportivo: Juan Manuel Herrero
- Vicepresidente económico: Ignacio Silva
- Vicepresidente social: Antonio Méndez
- Vicepresidente C. Deportiva: Juan Palacios
- Secretario: José María Stampa
- Tesorero: Juan Onieva
- Contador: José María López Tejero.
- Vocales: Francisco Bustos, Marcial Gómez Sequeira, José Luis Fernández Centeno, Eduardo Peña Abizanda, Carlos Escudero.
- Gerente: Manuel Fernández Trigo
El 7 de febrero Sanz coincidía con Josep Lluís Núñez en Ginebra, en la reunión convocada por la UEFA para reformar sus competiciones y sellaron con un abrazo el deseo mutuo de mantener una relaciones educadas y deportivas.
En la Liga proseguían los bandazos. Valdano tenía problemas con Míchel, Luis Enrique y Laudrup y se alternaba entre la quinta y octava plaza hasta que el Rayo ganó (1-2) a la vera de Concha Espina. Tres días antes se había consumado la eliminación en Copa del Rey ante el Español. Valdano prescindió contra el equipo franjirrojo de cinco de sus titulares y durante el encuentro se produjeron ¡olés! a las jugadas vallecanas, repulsa ante las intervenciones de Hierro y Rincón, lanzamiento masivo de almohadillas y gritos de ¡fuera! ¡fuera! contra el banquillo. Se había tocado fondo y Sanz esa noche destituyó a Valdano: “Ha sido la decisión más traumática que he tomado desde que estoy en el Real Madrid. Es un momento difícil para la sociedad y para mí y no me ha gustado nunca hacer esto”. Valdano reclamó, y así se hizo, su derecho a comunicar su cese. Fue entonces cuando el técnico manifestó su pesar y el equipo técnico se solidarizó con su jefe.
Un cese cantado
Cuando Lorenzo Sanz llegó a la presidencia del club tenía un plan y en el mismo no parecía estar Jorge Valdano, por eso su cese estaba cantado. El técnico fue despedido el 20 de enero, pero antes, el día 9, Sanz había empezado la reconstrucción del equipo con el contacto para fichar a Suker, sin que lo supiera el técnico.
El día siguiente, 22 de enero, Vicente del Bosque se hizo cargo provisionalmente de las funciones de entrenador. Se ganó en San Mamés de forma brillantísima (0-5), Raúl no quiso celebrar la consecución de su gol por respeto a Valdano y Arsenio Iglesias, desde la tribuna, contempló la victoria de quienes un día después se situaron a sus órdenes. Con el brujo de Arteixo, que una temporada llevó al Deportivo a las puertas del título, tampoco mejoraron las cosas. Restaban dos asignaturas: la eliminatoria frente a la Juventus y lograr plaza europea para la siguiente temporada. Suspendió en ambas.
La Juve se achicó con el miedo escénico, pero el gol de Raúl no fue suficiente para llegar a semifinales. El partido de Delle Alpi mostró todas las deficiencias del equipo blanco: once absurdo, juego medroso, jugadores sin chispa … Otra vez sin posibilidad de alcanzar la deseada Séptima.
Sanz puso dos parches en el descosido
Despedido Valdano, Del Bosque asumió la dirección del equipo en Bilbao. La goleada, con Arsenio Iglesias en el palco, sirvió de puente entre éste y Valdano. En San Mamés Raúl marcó y no lo celebró, en recuerdo de Valdano. Luego Raúl haría un irrespetuoso desplante en Zaragoza a Arsenio por sustituirle. El vestuario nunca creyó en el gallego.
Esa noche, en el ristorante turinés "Los doce apóstoles", Valdano con su fácil y florido verbo explicaba, en cena de matrimonios con Nacho Lewin y Miguel Ríos, utilizando cubiertos y accesorios, la táctica con la que hubiera vencido a los jugadores bianconeri, hasta que una cercana voz española exclamó: “Eso, el día del Rayo”.
La sexta plaza en la Liga dejó al Madrid sin jugar en Europa
La Liga se cerró con una sexta plaza que no daba opción europea y con el feo gesto de suprimir a Miquel Soler de las alineaciones para que no alcanzase los quince encuentros que hubiesen representado la automática renovación de su contrato.
Este Madrid no era el tradicional Real Madrid y había mucho que cambiar.
Lorenzo Sanz comprendió que había que renovar en primer lugar el equipo. Había que fichar jugadores que ilusionasen al aficionado pero, sobre todo, que cambiasen el ambiente del vestuario, que se enfundasen la gloriosa camiseta del club poseídos de espíritu ganador. Algunas de sus gestiones fueron muy criticadas por sus adversarios, bien por la forma en que se llevaron a cabo, bien por el coste que representaban para una sociedad en pérdidas.
El tiempo dio la razón a Sanz. Sus nuevos fichajes renovaron el alma ganadora del equipo y poco después los precios se dispararon hasta alcanzar cifras insospechadas. Suker, Mijatovic, Seedorf y Roberto Carlos fueron las primeras perlas incorporadas a la plantilla.
El croata militaba en el Sevilla donde había mostrado sus grandes dotes goleadoras, basadas en un hábil desmarque y un depurado toque del balón. El 9 de enero se produjo la primera reunión de Sanz con el presidente sevillista Francisco Escobar por la intermediación de Antonio Asensio, presidente de Antena 3, cadena que poseía los derechos televisivos de ambos clubes. El Sevilla pasaba apuros económicos y Suker aspiraba a figurar en un equipo con el que pudiese optar a títulos. El acuerdo fue rápido aunque como es lógico hubo que regatear posturas. Costó setecientos millones su traspaso y pareció un precio desorbitado. Davor Suker firmó un contrato por cuatro años con una ficha anual de 165 millones.
También formado en la antigua Yugoslavia, pero montenegrino de nacimiento, era Mijatovic. Se había revelado en el Valencia como uno de los mejores jugadores de la Liga española en 1995-96. Inteligente y hábil, aparecía para resolver en los momentos decisivos. El Valencia no estaba dispuesto a traspasarlo y Sanz recurrió a pagar la cláusula de rescisión. Tras varios contactos telefónicos, el vicepresidente económico Ignacio Silva se entrevistó secretamente con Mijatovic en su hogar valenciano el día 10 de marzo. En unas cuartillas se redactó el borrador del contrato que contemplaba una duración de cinco años y un sueldo anual de doscientos cincuenta millones de pesetas para el jugador.
Sorprendentemente, el contenido del mismo trascendió a los medios de comunicación. ¿Quién filtró la fotocopia del documento? El Madrid tuvo que poner un servicio de seguridad al montenegrino durante el resto de su estancia en la ciudad del Turia. Mijatovic depositó en la Liga de Fútbol Profesional la cifra de 1.284 millones que tenía marcada por su libertad. Muchos lo consideraron una barbaridad y además se rompieron las excelentes relaciones que existían en Valencia.
Lo de Roberto Carlos fue más curioso. Sanz se trasladó el 1 de mayo a Milán para tratar el fichaje del holandés Seedorf con los representantes de la Sampdoria. Las entrevistas tuvieron lugar en el hotel Príncipe de Savoia y la negociación con Enrico Mantovani fue muy dura, pero de rebote surgió el fichaje del brasileño. Seedorf rubricó su contrato el 22 de mayo. La Sampdoria cobró 600 millones por el traspaso más un amistoso con el Real Madrid en Génova.
Roberto Carlos no había encajado en el Inter por sus alegrías atacantes.
Roberto Carlos no había encajado en el Inter, donde un defensa con alegrías atacantes chocaba de manera frontal con las tácticas del catenaccio. El presidente interista, Massimo Moratti, quiere desprenderse del jugador y aprueba el traspaso por 600 millones. El 22 de mayo, así mismo, se llega al acuerdo entre los dos presidentes. Roberto Carlos da su visto bueno antes de incorporarse a la concentración de la selección brasileña que debe participar en los Juegos Olímpicos. Para conseguir su firma, el tesorero Juan Antonio Onieva tiene que desplazarse a Sao Paulo. Allí, con Oliveira Junior de testigo como representante del jugador, éste estampa su firma en un contrato que le liga al Madrid por cuatro años, en cada uno de los cuales percibirá 150 millones de pesetas.
Sanz fichó bueno, bonito y barato
Exceptuando el caso de Mijatovic, por quien el Madrid pagó los 1.284 millones de pesetas de su cláusula, el resto de inversiones se realizaron bajo el axioma de “Bueno, bonito y barato”. Suker llegó por los problemas de tesorería del Sevilla, Roberto Carlos no cuajó en Italia y Bodo Illgner y Seedorf llegaron sin costar mucho. Después se disparó el mercado.
Los cuatro jugadores eran ganadores por naturaleza y su fichaje representó un acierto extraordinario. Estas operaciones motivaron otras que se fueron cerrando con mayores dificultades. El compañero de Seedorf en la Sampdoria, Karembeu, se ofreció al club. Las conversaciones llegaron a buen puerto pero el equipo genovés no quiso desprenderse del jugador a quien quedaba un año de contrato. Mientras tanto el Barça se cruzó en el camino. Entró en conversaciones con el presidente Mantovani y consiguió una opción para el momento del traspaso del jugador francés. Pasará más de un año antes de que Karembeu recale en Chamartín.
Hubo algún recelo cuando se subió al primer equipo a Fernando Sanz, hijo del presidente.
El desplazamiento de Onieva a Brasil tuvo una prolongación a Buenos Aires. En la capital porteña cierra un acuerdo con un joven de quince años del que se predice que va a ser un gran crack. Se trata de Esteban Cambiasso, de Argentinos Juniors que se opone a perderlo. Onieva logra el cambio de residencia paterna a Madrid y el jugador con su hermano mayor Nicolás se incorporan a la disciplina blanca sin pagar un peso. Esteban hará la pretemporada en Nyon a las órdenes de Capello pero no se contará con él para el primer equipo.
En el mínimo tiempo y con costes asumibles se había formado el núcleo de lo que debería ser el resurgimiento del equipo. El único fallo fue la incorporación del lateral portugués Secretario, que no dio la talla en ningún momento. También hubo algún recelo cuando se subió al primer equipo a Fernando Sanz, hijo del presidente.
Conjuntar y dirigir un equipo de estrellas no es tarea fácil. Había que buscar un hombre de prestigio y con características reales de mando para ponerlo al frente del proyecto. Tal vez la casualidad interviniese en resolver el asunto. Una sorprendente llamada telefónica ofrecía la posibilidad de que Fabio Capello, entrenador del Milan, pudiese entrenar en la casa blanca. Sanz manifestó a su interlocutor telefónico, Carlos Uriarte, quien no conocía a Capello personalmente, que podía interesarle y concertó una entrevista. El acuerdo fue inmediato, pero había que conseguir la aprobación de Silvio Berlusconi. Capello y el capo del Milan se reunieron el 1 de mayo en Arcore, población cercana a la capital lombarda, donde Berlusconi habita en una antigua abadía medieval transformada en suntuosa residencia, Villa San Martino. Era el 1 de mayo de 1996. Cinco días antes el Milan había conquistado el scudetto y Fabio no encontró resistencia para su marcha. El 20 de mayo, libre de todo impedimento, firmaba su contrato con el Real Madrid.
Fabio se iba al Parma
No había entrado en los planes de Sanz porque éste encontraba remota la posibilidad de que un técnico del prestigio de Capello quisiera abandonar el calcio. De hecho, Fabio tenía un principio de acuerdo con el Parma para entrenarle a la conclusión de aquella temporada. Pero Sanz aceptó la oferta de Uriarte y se reunió con Capello días antes de la visita del Madrid a Turín. Y allí se llegó a un acuerdo.
El golpe de efecto que se buscaba fue un total éxito como se vio el 23 de julio, presentación del equipo en el Bernabéu. Unas cien mil personas se concentraron en el estadio para asistir al acto en un ambiente pleno de entusiasmo madridista y varios miles más se tuvieron que quedar fuera del recinto deportivo.
Presentación a lo grande
Había que olvidar todo lo anterior y pasar página. Para ello Sanz realizó cambios en todos los estamentos del club. Las caras nuevas estaban en la presidencia, el cuerpo técnico y la plantilla. Todo se hizo con el objetivo de recuperar la ilusión en la afición madridista. Para ello organizó una espectacular presentación, de luz y sonido, en el Santiago Bernabéu, al que acudieron 100.000 personas.
Todavía Capello sugirió la incorporación de nuevos hombres y llegaron el meta campeón del mundo con Alemania, Bodo Illgner, procedente del Colonia; el brasileño Ze Roberto, un fichaje extraño a tres bandas realizado en Montevideo con su equipo brasileño, la Portuguesa, y la intermediación del Central Español uruguayo; en vísperas navideñas llegó Christian Panucci, un lateral del Milan con gran vitola internacional, para cubrir la decepción que había supuesto Secretario.
Estaban los mimbres y había que tejer el cesto. Esa era la tarea de Fabio Capello. Con el panorama deportivo en vías de solución, era el momento de afrontar el económico. Una circunstancia favorable llegó en su ayuda. La guerra entre canales de televisión por hacerse con los derechos de las retransmisiones suponía un incremento importante de los ingresos. La función de la directiva era administrarlos convenientemente y la afición respiró tranquila. Había equipo y dinero.
¡A trabajar!
La trayectoria de Lorenzo Sanz en el Real Madrid
Capítulo 1: Ramón Mendoza se marcha ahogado por la economía.
Capítulo 2: La lujosa renovación de Sanz devuelve la ilusión al madridismo
Capítulo 3: Fabio Capello lideró el primer proyecto de Lorenzo Sanz
Capítulo 4: La ansiada Séptima Copa de Europa llegó con Lorenzo Sanz
Capítulo 5: El Madrid conquista en Tokio su segunda Copa Intercontinental.
Capítulo 6: La Octava llegó en la primera final española de la historia
Capítulo 7: Lorenzo Sanz pierde las elecciones con Florentino Pérez