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EL BALÓN EN TRANCES HISTÓRICOS (IV): MAYO DEL 68

El fútbol gritó en mayo del 68

Francia vivió una de las mayores revueltas sociales de su historia aquel mes y el 'deporte rey' se alzó contra la Federación.

Actualizado a
Imagen de las protestas mayo 68 en la federación francesa de fútbol.

Mayo de 1968 no es un mes más en la historia de Francia. Fueron los estudiantes quienes comenzaron las revueltas, pero a este descontento se fueron uniendo progresivamente todos los sectores de la sociedad. Cada colectivo tenía su propio objetivo de la protesta y el fútbol puso el ojo sobre la Federación Francesa de Fútbol (FFF).

Sobre este malestar entre los futbolistas ya dio buena cuenta de ello el exmadridista Raymond Kopa, en 1963. El 4 de julio de aquel año publicó un artículo en el France Dimanche exigiendo unos derechos mínimos para los futbolistas. No era la primera vez que los jugadores más grandes luchaban por todos sus compañeros. Dos años antes se había creado la Unión Nacional de Futbolistas Profesionales (UNFP) con Just Fontaine o Eugen N'Jo Lea a la cabeza, jugadores de primerísimo nivel. El título del escrito de Kopa, Los jugadores son esclavos, ya dejaba entrever la intensidad de sus palabras: "Hoy, en pleno siglo XX, el futbolista profesional es el único ser humano que puede ser vendido y comprado sin contar con su opinión". Este mensaje causó muchísimo impacto y fue una gran inspiración para lo que se desataría en el 68.

El 22 de mayo, cuando se cumplía justo un mes después de la primera protesta de esta época, el fútbol alzó la voz. Futbolistas de nivel amateur, alguno profesional del Red Star y, especialmente, periodistas del Miroir du Football, una revista cercana al Partido Comunista Francés y al movimiento que se estaba produciendo en París, tomaron la sede de la FFF en el número 60 bis, una fachada por la que pasan todos los turistas que quieran ir desde el Arco del Triunfo a la Torre Eiffel, o viceversa, por la línea más recta posible. A las literarias frases "seamos realistas, pidamos lo imposible" o "prohibido prohibir" que sirvieron de eslogan aquella primavera, el deporte aportó la frase "El fútbol para los futbolistas", que gritaba una pancarta colgada de balcón a balcón en el primer piso y que Platini tuvo como leitmotiv durante su presidencia de la UEFA.

Lejos del nivel de tensión y violencia que existía en otros frentes de la ciudad, aquella fue una ocupación pacífica. Pierre Delaunay, secretario general, y George Boulogne, instructor nacional, fueron encerrados en una habitación. Aparte de la mencionada pancarta, también se colgó la frase "La Federación, propiedad de 600.000 futbolistas" en el segundo piso. Mientras, a pie de calle, se repartían unos folletos del Programa del Comité de Acción de los Futbolistas con las exigencias.

"Como los obreros ocupan sus fábricas. Como los estudiantes ocupan sus Facultades. ¿Por qué? Para devolver a los 600.000 futbolistas franceses y a sus millones de amigos aquello que les pertenece: el fútbol, que los pontífices de la Federación han expropiado para servir a sus intereses egoístas de obtener beneficio económico". Después se enumeraban cinco puntos principales de su manifestación. Uno de los más importantes era el 3, en el que se denunciaba la Licencia B. Esta norma obligaba a los futbolistas a quedar ligados al club con el que firmaban su primer contrato profesional hasta los 35 años en unas condiciones pésimas, a veces con un salario por debajo del mínimo. Algo inimaginable en 2020.

En el punto 5, y con relación a lo descrito en el anterior párrafo, se mencionaban las palabras de Kopa años atrás: "[La Federación] Se burla de la dignidad humana de los profesionales al mantener los contratos esclavistas denunciados por Kopa y cuya ilegalidad fue reconocida, hace un año, por Sadoul". Este último era el presidente de la Liga.

La toma de la Federación acabó cuando se firmaron los Acuerdos de Grenelle, por los que se subía el salario mínimo un 35%. El fútbol también logró grandes avances y la odiada Licencia B fue anulada. Cruyff o Bosman lucharían años después en la misma línea de defensa de los derechos de los futbolistas.