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BRASIL

Pelé: "Nunca imaginé que sería uno de los grandes"

Edson Arantes do Nascimento, 'O Rei' Pelé, habló con CNN Brasil sobre su carrera deportiva y tranquilizó a los aficionados, muy preocupados por su estado de salud.

São Paulo
Edson Arantes do Nascimento, ‘O Rei’ Pelé, en su casa en São Paulo.
Sebastiao MoreiraEFE

Pelé ha sido elegido el atleta del siglo XX y es considerado por todos el mayor futbolista de toda la historia. Pero para usted, Edson Arantes do Nascimiento, en sus palabras, ¿quién es Pelé?

Encantado, soy yo (se ríe). Todo el mundo se olvidó de Edson, pero este soy yo, Pelé (se ríe). Nadie se acuerda de Edson, pero es Edson el que paga las cuentas, el que sufre, el que llora… Pelé es quien se lleva toda la fama y los homenajes. Pelé es un hijo de Dios que él puso en la Tierra y me pidió que le cuidara….

¿Cómo surgió su apodo?

Mi padre jugaba en el Bauru Atlético y había un portero que se llamaba Bilé. Era rival de mi padre. Y los muchachos, para cabrearme, me llamaban Bilé, lo que luego derivó en Pelé, y yo me peleaba con ellos porque no me gustaba. Y ya sabes que, cuando a uno no le gusta un apodo, acaba quedándose. Si no fuera por aquellos chavales de Bauru, Edson nunca hubiera sido Pelé.

¿Cuándo se dio cuenta de que sería grande en el fútbol?

Nunca imaginé que sería uno de los grandes. Se lo juro. Me acuerdo cuando el presidente del Santos llamó a mi padre cuando yo era pequeño. Pensé que era una broma. Tenía 13 o 14 años y no era ni titular en el Bauru. Al final me llevaron a hacer la prueba en el Santos y fui aprobado. Pensé que estaba soñando. Hay cosas de aquel día que me acuerdo como si fuera hoy… Recuerdo a mi padre llevándome a la estación de autobuses. Parecía algo de otro planeta, pero hoy los jugadores van en jet privado. Cómo es la vida...

¿Cuál es el gol que recuerda todos los días sobre la almohada?

Sin duda, de los goles que no me olvido son los del Mundial de 1958. ¡Yo no había cumplido ni 18 años! Era el jugador más joven del Mundial y Brasil nunca había ganado el torneo. También me acuerdo mucho del milésimo gol. No era un Mundial, no valía nada, pero me hizo temblar las piernas aunque fuera ya un jugador veterano. No sé si me quedo con el primer gol de 1958 o si con el gol 1.000.

¿Después de Pelé, cuál es el futbolista que más le ha gustado ver jugar?

Sería injusto que dijera uno y me olvidara de los otros. Hubo jugadores que vi y dije: "Quiero aprender a hacerlo igual". Yo quería ser como mi padre, que tiene el récord de goles de cabeza en un solo partido: cinco. Este es el récord de Dondinho que Pelé no fue capaz de superar. Ante la portería, quebré todos los récords. Pero cinco goles de cabeza...

¿Si usted jugara hoy, como hubiera sido su carrera?

Creo que no cambiaría nada. Una de las mayores preocupaciones de toda mi carrera fue cuidar mi forma física más que nadie.

¿Ser futbolista hoy es más fácil o difícil que antes?

Bastante más difícil. En mis tiempos creo que teníamos más libertad. Nos daba tiempo a parar la pelota. Ahora ya no. Antes se jugaba con y por el balón, ahora sólo quieren destruir. Quien paga para ir al fútbol no paga para ver defensa. Nosotros dábamos más espectáculo que el fútbol actual. Pero es una diferencia muy grande.

Dicen que usted está deprimido por todos los problemas físicos y de salud que ha tenido en los últimos años...

Ahí creo que hay un gran malentendido. Porque tras las cirugías en la cadera y en el fémur, cuando iba a intentar entrenar o hacer algún anuncio, tenía que parar. La gente comenzó a preocuparse y lo agradezco. Pero han inventado que estoy deprimido. Yo llegué aquí en andador, pero lo único que no hago hoy es andar en bicicleta. Yo prefería estar caminando normalmente, sin andador, entrenándome de vez en cuando, jugando al fútbol. Pero, gracias a Dios, estoy mucho mejor, estoy recuperándome.

¿Qué le parecen los casos de racismo que están pasando en el fútbol?

La única cosa que ha cambiado es que ahora estos casos salen a la luz. Antes, un jugador te decía una burrada y quedaba ahí. Pasaba cuando íbamos a jugar en Europa. También contra Argentina, que nos llamaban monos y chimpancés. Pero antes nadie se enteraba y no se creaba un escándalo.