El Sevilla espera del parón la resurrección del gran Banega
El argentino, que ya estuvo mejor ante el Atlético, jugaba con molestias en los tobillos. Tras el descanso, se espera que acabe con brillo su etapa en Nervión.
No hay mal que por bien no venga, y el parón obligado por coronavirus le va a venir bien al Sevilla para albergar esperanzas de que su pivote defensivo más fundamental, Fernando Reges, puede jugar más partidos de los esperados tras lesionarse... y también para que el futbolista con más talento del equipo, su cerebro Éver Banega, tenga una oportunidad de acabar sus días como sevillista en lo más alto. Banega anunció que se marcha al Al Shabab de Arabia Saudí, pues termina contrato, y había disminuido su rendimiento alarmantemente en los últimos duelos.
Unas molestias en los tobillos tenían la culpa, en buena parte, de que el argentino no estuviera dando la talla como lo suele en el Sevilla. Julen Lopetegui lo sabía y por eso había racionado sus minutos hasta el punto de cambiarle en muchos encuentros y de no sacarlo al campo siquiera ante Getafe y Osasuna. Pero ante el Atlético, Banega volvía a ser titular y, sin brillar, sí que subió el nivel considerablemente para ayudar a su equipo al importante empate en el Wanda.
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En el Metropolitano, Éver volvió a sentirse un futbolista importante y demostró, al contrario de lo que se predica desde varios frentes, que sigue estando completamente comprometido con el Sevilla hasta el final. "Quiero irme de aquí consiguiendo algo grande", afirmó el rosarino hace unas semanas, cuando se conocía que se marchaba tras dos etapas diferentes en Nervión. Con 31 años y a la espera de acabar posiblemente su carrera en una liga exótica, Banega quiere dejar en el Sánchez Pizjuán el perfume de futbolista grande que le ha acompañado durante todos estos años.