REAL MADRID 2 - BARCELONA 0

Messi se aleja del área

Su mapa de calor en el partido probó que vio de lejos a Courtois. Cuarto Clásico sin marcar. De cinco regates, solo uno tuvo éxito.

Messi conduce el baón ante la mirada de Isco y Toni Kroos.
David Ramos
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Los días de fiesta de Messi en el Bernabéu se han terminado. Al menos, de momento. El argentino se marchó triste de Madrid. Con un gesto derrotado, como si en parte se sintiera algo culpable del resultado. Messi estuvo bien puesto en el partido, especialmente en la primera parte. Pero el mapa del partido desveló que se olvidó del área rival. De hecho, apenas la pisó dos veces. La primera, después de un fabuloso pase de Busquets que controló con maestría. El golpeo, sin embargo, no tuvo la precisión que le caracteriza. No encontró los rincones que se sabe con los ojos cerrados. La segunda acción tuvo un tono más preocupante. Después de una espectacular cabalgada, De Jong le dejó casi delante de Courtois. Pero de manera sorpredente, Messi no protegió la posesión ni puso el cuerpo. Se dejó ganar el duelo por Marcelo y Varane acabó solucionando la acción. El brasileño lo celebró como un gol. Y el Bernabéu, más.

Messi se aleja del área
Messi, en la acción con Marcelo y Varane que no fue capaz de aprovechar en la segunda parte.JESUS ALVAREZ ORIHUELA

Messi dio 59 pases buenos, falló tres y perdió 17 balones. Pero donde se demostró que no estaba fino fue en el regate. Intentó cinco y sólo uno con éxito. Cuando a un jugador le falta magia es una de las artes del juego en la que más se expresa el desacierto. Quitando los últimos minutos, Messi nunca se fue del partido. Sus compañeros le encontraron y él quiso liderar. Pero no era su día. Messi cayó incluso en cierta impotencia. Una entrada a Casemiro le costó la tarjeta amarilla. Curiosamente, ya había sido amonestado en Nápoles, una rareza en el crack de Rosario. Esta vez, el capitán no pudo ser héroe de su gente. Desde hace un tiempo, Messi se ha alejado unos metros del área. Ya busca revancha.

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