La Real minimiza el 'efecto tridente'
El esfuerzo del Real Valladolid en el Reale Arena apenas sirvió para generar peligro a uno de los mejores equipos de la Liga.
La Real Sociedad ocupa, por méritos propios, posiciones que dan derecho a disputar competición europea la próxima temporada. El Real Valladolid consiguió minimizar su buen fútbol en algunos momentos, a costa de un sacrificio importante que poco a poco le fue haciendo mella. Además de los signos de fatiga que llevaron a la sustitución de Joaquín, en el último arreón pareció faltar un último resuello.
Después de una estimulante puesta en escena de los blanquivioletas, los de Imanol Alguacil fueron adueñándose poco a poco del esférico, aunque la maraña tejida por Sergio González, con sus tres pivotes, impidió que jugaran con claridad en campo rival. Así, buena parte de sus 211 pases buenos del primer tiempo fueron el campo propio y solo con Zaldua y Januzaj los donostiarras profundizaron por fuera.
Si contra el Espanyol al Real Valladolid le surtió efecto jugar con tres delanteros, este fue efervescente en el Reale Arena, se vio minimizado por todo lo que hace con balón la Real. No en vano, los blanquivioletas terminaron acometiendo un número bajo de disparos: uno que encontró los tres palos, uno que se marchó fuera y cuatro que fueron bloqueados por los locales. El bagaje, escaso, contrasta con los 21 del partido anterior.
Ese difuminado del 'efecto tridente', además de ser comprensible, no deteriora la imagen que dejaron los blanquivioletas en un estadio harto complicado, en el que la Real Sociedad lleva ya siete victorias seguidas en partido oficial. Si bien el mapa de pases de los realistas en la segunda mitad incide más en los dominios del Pucela, no les fue suficiente con todo aquello que hacen bien en los pasillos interiores en tres cuartos de campo. Solo en una jugada rápida que cogió al Real Valladolid descolocado, después de un saque de banda, el conjunto txuri-urdin consiguió hacer baldío todo el trabajo de los vallisoletanos.