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ALEMANIA

Hopp contesta a los ultras insultándoles: "Son idiotas"

El dueño del 96 % del Hoffenheim, que eludió la restricción a la propiedad de un club al 49 %, no lo entiende lo que quieren de él y asegura que seguirá acudiendo a los estadios.

Rummenigge, mánager general del Bayern de Múnich, saluda a Dietmar Hopp, propietario del Hoffenheim.
firo/Sebastian El-SaqqaGTRES

Dietmar Hopp, propietario del 96 por ciento del Hoffenheim, rompió su silencio un día después de los insultos de los ultras del Bayern que provocaron hasta dos interrupciones en la victoria por 6-0 del campeón alemán frente al conjunto badense. "Estoy bien dentro de lo que cabe", dijo el cofundador de la empresa de software SAP en declaraciones recogidas por la web germana Sport1. "Tengo muchas cosas que hacer, estoy sentado en mi escritorio y sigo haciendo mi trabajo. Desafortunadamente se ha llegado a una nueva dimensión, pero he visto y sentido la solidaridad hacia mi persona. Supone una gran ayuda que se vayan a adoptar medidas rigurosas", subrayó el dueño del conjunto alemán.

No es la primera vez que Hopp es objeto de insultos y difamaciones. Numeroso ultras de diferentes equipos de la Bundesliga aprovecharon los partidos de su equipo ante el Hoffenheim para criticar (a su manera) la atípica gestión de Hopp al frente del club. El mandamás fue capaz de eludir la normativa 50+1, impuesta por la federación alemana para limitar el poder de inversores en los clubes de la Bundesliga al no poder hacerse con más del 49 por ciento de la entidad, gracias a haber estado invirtiendo de manera constante en el Hoffenheim durante un periodo de tiempo de más de veinte años. Eso sí, el modelo Hopp sigue fastidiando a los aficionados más tradicionales en su constante lucha contra el fútbol negocio.

Sorprende que el propio Hopp, tras ser insultado por los hinchas del Bayern, optara por pagarles con la misma moneda y les insultara en su primera intervención después de lo sucedido. "Me resultaría más fácil entenderlo todo si llegara a saber lo que estos idiotas quieren de mí", explicó. "No tengo explicación para las hostilidades. Me recuerda a tiempos muy oscuros", agregó. También dejó claro que no emprenderá el diálogo con los aficionados. "No quiero mantener una conversación con estas personas. No tiene sentido. Viven en otro mundo. Ni puedo ni quiero hablar con ellos. Ni siquiera sé lo que les tendría que decir", sentenció, dejando a la vez claro que seguirá acudiendo al campo: "¿Por qué no? Las personas responsables de esto son las que deberían permanecer fuera".