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ESPANYOL-ATLÉTICO

600 pericos entonan el "sí, se puede" en el entrenamiento

Excepcional recibimiento a los jugadores pericos en la última sesión antes de medirse con el Atlético de Madrid. Cánticos, bengalas, palmas y una inyección de autoestima.

600 pericos entonan el "sí, se puede" en el entrenamiento
Gorka LeizaDiario AS

Por un acceso tan emblemático y eterno como la Puerta 21 del RCDE Stadium entraron los cerca de 600 pericos que este sábado convirtieron el clásico entrenamiento de previa a un partido, en esta ocasión antes del trascendental Espanyol-Atlético de Madrid de este domingo a las cuatro de la tarde, en una conjura. En una inyección de autoestima para la propia hinchada blanquiazul, que cree en el milagro de la permanencia, y sobre todo, para los jugadores que acompasaron esta calidez de un sábado por la mañana.

Desde alrededor de las once llevaban congregados en una de las gradas de tribuna los aficionados, muchos de la Curva y de la Grada Canito pero también multitud de familias completas, con niños y niñas. Pero fue sobre las 11:50, 20 minutos después del horario previsto porque tenían sesión de vídeo, cuando los futbolistas y el cuerpo técnico de Abelardo Fernández irrumpieron sobre el césped. Instantes antes, cuando las cámaras empezaron a enfocar el túnel de vestuarios, se había hecho el silencio, acaso un murmullo, que se convirtió en un estallido en el momento de comparecer en el RCDE Stadium.

Muchas palmas, gritos, bengalas blanquiazules de esas prohibidas ya en los partidos pero no en un entrenamiento y cánticos variados agasajaron a unos jugadores que, primero inmóviles sobre el terreno de juego casi como tímidos ante tal recibimiento y después lanzando balones a la grada, recibieron como energía para su pulso a la salvación.

"Con el sol se alzaran las banderas…", "Raúl de Tomás", "Barcelona, solo blanquiazul" u "Orgulloso de ser perico" fueron algunas de las melodías, aunque la estrella indudablemente es la consigna de esta lucha por el milagro de la permanencia a la que no renuncia ningún perico: "Sí, se puede".