El refugio de Adama
El delantero del Wolverhampton se crió en La Florida, barrio de L’Hospitalet, adonde acude a ver a amigos y familia en sus visitas.
"Es una llanura constantemente expuesta al sol, un sol que aquí parece estar suspendido justo encima de la tierra”, explica de Mali el periodista polaco Ryszard Kapucinscki en Ébano, el libro por excelencia de África. En medio de ese calor abrasador, nació la familia de Adama Traoré. De Diagala, una pequeña región próxima a la capital Bamako, apenas hay información. “Yo era muy pequeño cuando mi hermano vino a España. Fue en los 80. Nuestra familia es numerosa, no sé cuántos seremos, quizás unos 60”, explica Setou Traoré, tío de Adama, jugador del Wolverhampton que visita este jueves el RCDE Stadium y que destaca en la Premier por su potencia física. Todo lo que rodea las costumbres africanas y los lazos de sangre es una nebulosa, tanto que Setou no alcanza a precisar el árbol genealógico de la familia Traoré.
En esos años 80, los padres de Adama llegaron al barrio de Can Serra de L’Hospitalet, donde empezaron a ganarse la vida trabajando en un taller de coches, el padre, y cuidándose de la casa y los pequeños, la madre. En 1996 nació Adama, un año después que Moha, quien llegó a jugar en el filial del Espanyol. En la temporada 2001-02, el jugador de los Wolves se apuntó al equipo del barrio, La Florida. “Era prebenjamín, pero ya desde el primer momento demostró que la categoría se le quedaba pequeña. Lo recuerdan todos muy rápido y goleador”, desliza Luis González, vicepresidente del club en el que también se formó como jugador y entrenador Robert Moreno, ex seleccionador español y ahora en el Mónaco. De hecho, su padre, que era taxista, también fue el presidente. Coincidencias del fútbol de barrio.
El vínculo de Adama con el club La Florida fue fugaz. Pasó a L’Hospitalet, luego probó en el Espanyol hasta que finalmente lo fichó el Barcelona. Su velocidad era la de un atleta, recordado como el terror de la defensas del fútbol catalán. Pese a volar a clubes de mayor reputación, Adama nunca se olvidó de sus orígenes.
“Cuando viene a Barcelona acostumbra a pasearse por el barrio, con sus amigos de siempre”, apunta Setou. “Yo quiero ser como él. Lo que más me gusta es que es muy rápido”, desliza Sama, su primo de 11 años que juega en categoría alevín en La Florida y que también es goleador. Quiere seguir sus pasos y siempre espera las visitas de su primo para verlo. “Aún no hemos podido ir a Inglaterra”, se lamentan.
“Tenemos pocos equipos. Ahora estamos intentando crecer en categoría femenina. Pero los jugadores que despuntan, otros clubes se los llevan”, argumenta Luis, quien admite que acostumbran a jugar niños del barrio, de múltiples nacionalidades. La Florida cuenta con la densidad más alta de Europa de habitantes por kilómetro cuadrdo (74.601), según el Eurostat, y el 46% de su población es nacida fuera de España, principalmente de Latinoamerica. Entre esas calles se crío Adama, verdugo ahora del Espanyol.