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BARCELONA - EIBAR

Mr. Braithwaite exprés

El delantero danés tendrá minutos esta tarde ante el Eibar, pero comenzará en el banquillo. Leo Messi, con molestias, quiere romper su sequía goleadora de una vez por todas.

Entrenamiento del Barcelona
Gorka Leiza / Diario As
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La semana pasada terminó con el Barça, presuntamente feliz, recortándole dos puntos al Madrid en LaLiga. Pero la actual no comenzó con ilusión, sino con el escándalo en las redes sociales de I3 Ventures, que ha convivido paralelamente con la negociación para fichar a Braithwaite y las explicaciones de Messi en Mundo Deportivo. Esa, y no otra, es la realidad del Barça, un club que se llena de precandidatos que ya pegan carteles electorales pero que, mientras tanto, está obligado a defender su condición de campeón. Sobrevivir al tsunami de escándalos que arrasan Can Barça parece imposible, pero en ello está Setién, que trajo un manual de supervivencia que se le debe estar quedando corto.

El Eibar aparece en el Camp Nou después de quince días de descanso por el aplazamiento del partido contra la Real y cierta incertidumbre (sigue el partido en directo en As.com). Aprietan desde abajo y los armeros están obligados a sumar. Mendilibar, el hombre que definió con clarividencia a Messi ("aparca bien"), ha pasado a la descalificación cariñosa ("el cabrón descansa jugando"); y ha definido el partido como "pesadilla". Sabe que la vía de escape del Barça cuando está en apuros institucionales y de vestuario suele estar en el césped. Sus jugadores, expertos, se aíslan y responden para evitar que el foco del socio les apunte a ellos.

Hay tres puntos de interés en clave Barça. Primero, el posible debut exprés de Braithwaite, que no será titular pero debe descargar de minutos a Griezmann antes del Nápoles. Luego, la extrañísima racha de Messi, que llevaba seis años sin estar cuatro jornadas de Liga sin marcar. El argentino acaba de admitir no sentirse en condiciones de levantar la Champions. Mensaje de cierta resignación que sólo se entiende si es una estrategia en un ganador furibundo como él. El Balón de Oro tiene molestias, aunque en principio jugará.

Finalmente, y aunque Setién asegure no mirar a Nápoles, el partido está a tres días y la alineación sí estará condicionada por el partido del martes. O por el Clásico, para el que Umtiti y Lenglet están advertidos. Una victoria no apagará los incendio en la sala de juntas. Pero un tropiezo resultaría directamente una bomba en vísperas de dos partidos decisivos.