Laguardia: "Nos están quitando ventajas a la hora de defender"
El central sumó 100 partidos en Primera ante el Mallorca, 97 de ellos en el Deportivo Alavés.
Laguardia dijo que "a veces los sueños se cumplen y estoy muy feliz por acercarme a números de jugadores leyenda como Astudillo, Téllez, Karmona, Pablo Gómez. Son ya 97 partidos aquí y estoy muy orgulloso. Ha llovido mucho desde aquellos 3 primeros que jugué en el Zaragoza. No he tenido una carrera fácil, ha estado llena de obstáculos pero eso me ha hecho tener un nivel de madurez que me ha dado estos resultados". El central ha tenido por ejemplo, varias operaciones por rotura de ligamento cruzado anterior.
Sobre la derrota del sábado pasado en Mallorca, comentó que "sabíamos que era un partido muy importante. Todos son difíciles y no se puede ganar porque impones tu ley. El Valencia, por ejemplo, salió goleado de allí. Nosotros comenzamos bien el partido, fuimos a ganarlo. Nos pitaron un penalti para mí injusto y luego nos marcaron en una jugada aislada. El equipo tuvo momentos como esa oportunidad de Lucas en la primera jugada del segundo tiempo. Nos fuimos dolidos pero ahora estamos con ganas de que llegue el domingo".
Sobre las manos dentro del área señaló que "ahora está claro que las pitan todas. Como ya he dicho en alguna ocasión, nos están obligando a todos los defensas a jugar con las manos atrás y eso te quita ventajas a la hora de defender. Pero no nos queda otra y hay que acostumbrarse al nuevo reglamento. Los árbitros son los que mandan pero creo que no hay un criterio unificado. Estamos haciendo ejercicios específicos para tratar de corregir esas posturas, aunque a veces son antinaturales".
El fin de semana llega el Athletic y observó que "las estadísticas están ahí y ahora no están sumando en liga. Tendremos que hacer las cosas muy bien para superarles porque son un gran equipo. Sabemos lo que significa para nuestra gente un partido como este y sabemos que la afición lo tiene marcado en el calendario. Nuestra afición está siempre con nosotros a las buenas y a las malas y desde el primer minuto se tiene que ver nuestra necesidad de ganar. No hay afán de venganza porque nos ganaran en la primera vuelta. Nosotros hicimos un mal partido en San Mamés. Habrá momentos para usar la cabeza y también hará falta tirar de corazón".
El Alavés está 6 puntos de los puestos de descenso y, en ese sentido, Laguardia sentenció que "yo estoy tranquilo porque veo a un vestuario muy unido. Pienso que estamos donde tenemos que estar después de lo que estamos haciendo. El margen está dentro de lo que vamos a necesitar para sumar los 40 que te pueden dar la salvación. Está claro que vamos a sufrir pero el vestuario está confiado".
Al Alavés le han pitado ya once penalties
El Alavés está siendo muy castigado con las penas máximas. La preocupación es absoluta con las manos dentro del área, la mayoría cometidas sin voluntariedad. De hecho, en los entrenamientos, ya se están ensayando las formas de afrontar los pases de los rivales y, según se aconseja, hay que defender con las manos atrás. En definitiva, posturas poco naturales.
De los once penales que ha recibido el conjunto de Asier Garitano, siete han llegado por uso de brazos y manos. Algunos, como los de Manu, Magallán o Duarte en las últimas jornadas han sido por dejar los brazos sueltos. No han buscado el balón pero el contacto ha existido y, con VAR o sin VAR, se han acabado decretando.
De las once penas máximas, diez han sido lejos de Mendizorroza (Mallorca, Athletic, Valencia, Granada, Barcelona, Sevilla y dos, respectivamente en los campos de Osasuna y Real Sociedad). La única en casa fue ante el Betis en el primer partido de 2020. Pacheco ha detenido siete penaltis en sus cuatro años con el Alavés en Primera división, el último, precisamente, el pasado sábado.
Si el Alavés lleva once penas máximas en contra, el Mallorca lleva diez. El otro día, también a instancias del VAR, el conjunto balear vio como le anulaban un gol de Dani Rodríguez por una mano previa también involuntaria. Entre Pizarro Gómez y Soto Grado tuvieron una mañana de sábado complicada.