Petrescu ya amargó al Sevilla... y a Lopera: "Igual pongo un 7-2-1"
El entrenador del Cluj ganó a los nervionenses en la Champions League con el Unirea y eliminó como jugador al Betis de la Recopa, en 1998.
"Para defender contra el Sevilla igual pongo un 7-2-1. ¿Que el césped de nuestro estadio esta mal? Eso puede ser bueno contra ellos". Habla Dan Petrescu con la misma verticalidad que tenía a la hora de subir la banda. Lateral de brío en defensa y atrevido en ataque, rápido y con disparo potente, el rumano vive en Cluj el mejor momento de una carrera como entrenador que ya se acerca a las dos décadas, desde que se jubilara de los terrenos de juego en 2003.
A la espera de una oportunidad en algún banquillo de las cinco grandes Ligas, Petrescu ha dado siempre bandazos del Telón de Acero para allá, en ligas tan dispares como la polaca (Wisla Cracovia), la rusa (Kuban), la catarí (Al Arabi), la china (Jiansu Suning y Ghizou Henfeng), la de Emiratos (Al Nasr) y la de su propio país, donde antes del Cluj entrenó al Sportul Studentesc, el Rapid de Bucarest, el Tirgu Mures y el Unirea Urziceni. Con el Unirea precisamente jugó Champions League... y consiguió derrotar al Sevilla en la liguilla de la 2009-10. Un gol en propia puerta del defensa serbio Dragutinovic consumó aquella victoria rumana.
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Miembro junto a los Hagi, Popescu, Raduciou y Belodedici de la generación que alcanzó con la selección de Rumanía en 1994 los cuartos de final del Mundial de Estados Unidos y los octavos en Francia 1998, Petrescu comenzó a jugar al fútbol en el Steaua de Bucarest recién proclamado campeón de Europa en el Sánchez Pizjuán, en 1986. En 1989 disputaría en el Camp Nou junto a Hagi la final de la máxima competición continental para caer goleado (4-0) ante el Milán de Sacchi, Gullit, Van Basten y Rijkaard. Dos años más tarde comenzaba una emigración por varios clubes del Calcio y de la Premier.
Su aventura más reconocible llegaría en el Chelsea de la segunda mitad de los 90. Con los blues ganó varios títulos, el más importante la Recopa de 1998, en cuyo camino hacia el título se encontró al fulgurante Betis de Alfonso, Finidi, Jarni... y Lopera. El equipo verdiblanco perdió la ida de cuartos en el Villamarín (1-2) con dos goles del noruego Tore André Flo y también la vuelta en Stamford Bridge (3-1) aunque el primer tanto del partido, de Finidi, había dado ciertas esperanzas de clasificación.