2020 despierta el gen sufridor del Girona
En lo que se lleva de año, el conjunto de Pep Lluís Martí ha ido más minutos por detrás en el marcador (214') que por delante (170'). Pero ha logrado 11 puntos de 21.
Parece que el Girona va a llegar al final de temporada con mejores sensaciones y subido en la buena ola. El conjunto de Pep Lluís Martí se ha mostrado muy competitivo en las últimas jornadas y los triunfos ante Fuenlabrada y Huesca y el empate contra el Depor muestran el espejo en el que debe mirarse el bloque si quiere alcanzar el objetivo del ascenso. De momento hay optimismo porque, a la espera de lo que haga el Zaragoza en el duelo que aún debe disputar ante el Albacete, vislumbran los puestos de ascenso directo a cinco puntos. Tocará seguir remando para volver a Primera, pero si algo está aprendiendo este conjunto rojiblanco es a sufrir. Y en especial en lo que se lleva de 2020.
Es cierto que los números no son excelentes porque en los siete partidos disputados este año el balance ha sido de tres victorias, dos empates y dos derrotas, pero los de Martí han ido más a remolque que con el viento a favor. Y los datos así lo indican porque ha ido más tiempo perdiendo (214 minutos) en los partidos que ganando (170'). Pese a ello, firmar 11 puntos de 21 no está mal y es que le han servido para ser de los mejores equipos en este periodo y asentarse en el playoff de ascenso. Es más, respecto a los séptimos clasificados, Numancia y Fuenlabrada, la distancia es de cuatro puntos. Martí ha inculcado al grupo la competitividad y capacidad de sacrificio. Está dando sus frutos porque hace dos jornadas ante el Huesca no imperó la precipitación pese a estar con uno más en los últimos minutos y se venció, con un gol de Samu Saiz, en el 94'. Y contra el Depor, el pasado viernes, se rescató un punto (2-2) pese a ir cayendo 2-0. Otra vez con unos últimos minutos de duelo marcados por la paciencia, el orden y el saber hacer.
La racha actual del Girona es buena, lleva cuatro partidos sin perder, y la próxima jornada, el sábado ante la Ponferradina en Montilivi, hay una nueva oportunidad para seguir marcando terreno y mantener el pulso en la lucha por ascender. Eso sí, calma y humildad. Es lo que quieren transmitir tanto desde el club como desde el vestuario.