Stuani frena al Deportivo con polémica
El uruguayo hizo un doblete para remontar, pero tuvo que ser expulsado antes del 2-2, que fue de penalti de VAR. Mollejo y Bergantiños habían adelantado al Deportivo.
Deportivo y Girona disputaron un partidazo de poder a poder que tuvo de todo. Los gallegos se quedaron sin su octava consecutiva y los catalanes sin la tercera, pero ambos exhibieron argumentos para llevarse la victoria. Primero los blanquiazules con una defensa pétrea y una pegada enorme. Luego los de Martí, que insistieron hasta la saciedad, con un Stuani que estuvo en todas. Él hizo el 2-1 con un remate de acróbata. Luego debió ser expulsado, pero Figueroa Vázquez le perdonó la segunda amarilla. Y para que no faltase de nada, VAR. Entrada de Montero en la frontera del área y once metros. Y el uruguayo, que ya no debía estar en el campo, firmó su gol número 22 para repartir los puntos y alimentar la polémica.
Todo en una noche que comenzó con fiesta y disgusto. La alegría llegó gracias a un impresionante espectáculo de luz y sonido para ir calentando a la abarrotada grada de Riazor. La desgracia, con la lesión de rodilla de Somma. Nueve minutos duró el italiano. Y los sucesos no pararon, porque ocho minutos después el Deportivo cobró ventaja. Robo adelantado, Bóveda progresa hasta línea de fondo y su perfecto centro lo cabecea picado Mollejo lejos del alcance de Riesgo. Muchos sobresaltos en un partido al que el Girona no salió nada mal, más bien todo lo contrario. Intenso en la presión, dominando cada vez más y peligroso cuando Maffeo aparecía en la jugada, pero chocando siempre contra el muro blanquiazul y sin probar a Dani Giménez en todo el primer tiempo. Paralelamente, otro partido. El de los choques, faltas sobre el límite, un cuerpo a cuerpo del que nadie escapó ni se escondió.
El segundo acto arrancó con cambio. Vázquez retiró al goleador Mollejo, que tenía amarilla, y metió a Salva Ruiz para intentar cerrar la banda de Aday y Maffeo, un martillo pilón en los primeros 45 minutos. Lo que no cambió fue el guion del partido. Dominio visitante, dientes apretados de los coruñeses atrás esperando su momento. Y llegó en el minuto 60. Balón en la frontal para Bergantiños, que se saca un trallazo a la escuadra con la zurda, su pierna mala. Cuando sale todo, sale todo. Y casi llega el tercero, pero Bóveda estaba en fuera de juego. Pero el Girona no bajó los brazos y en el 77' apareció el pistolero Stuani para hacer fácil lo que parecía complejo. Claridad total. Lo mismo que la segunda amarilla que se ganó y poco después le perdonaron. No así un penalti de Montero, muy evitable y de VAR. Pero la tecnología manda y el uruguayo sí que sabe lo que es no fallar.