Un gol de Adrián en el 90’ da al Málaga alegría y esperanza
Un gol de Adrián a los 90’ dio al Málaga tres puntos de oro ante un Numancia que empezó muy bien y después se despistó. Derik tuvo el 1-2 en el 89’ antes del 2-1 final.
El Málaga obtuvo una victoria vital para sobrevivir ante un Numancia que empezó de cine, pero que se durmió. Adrián, a los 90’ cazó un balón en el interior del área que alegró la vida a la hinchada del Málaga que se ve, una semana más, fuera del descenso. El Numancia, que empezó muy bien, se despisto. Derik tuvo el 1-2 en el 89’. Casi en la siguiente jugada se le fue el partido. Los de Pellicer cogen oxígeno y los sorianos se alejan de la zona noble. El Numancia tardó apenas un cuarto de hora en hacer sangre. Falta lateral sacada por Aguado y el malagueño Escassi, tras adelantarse a Luis Hernández, superó al tembloroso Munir. El VAR despejó dudas. No había fuera de juego.
El equipo de Carrión jugaba con criterio y no pasaba apuros porque el Málaga no le creaba un solo problema. La afición, que había escenificado un cortejo fúnebre en señal de protesta contra el insufrible Abdullah Al Thani seguía de duelo. Hace tiempo que el ambiente por estas tierras no está para fiestas. El Málaga era el colmo del quiero y no puedo. Los canteranos Antoñín querían aportar velocidad en sus respectivas bandas. Los sorianos administraban con sobriedad y problemas. Dani Barrio se fue al descanso sin hacer una sola parada. El segundo tiempo empezó con una falta que el Aguado estrelló en la cruceta con Munir vencido. Del 0-2 se pasó a la esperanza a los 52’ con Antoñín habilitando a Jaunkar que, cuando se iba con velocidad fue derribado por Moha. Penalti que fue transformado en el 1-1 por Armando Sadiku. Décimo gol del albanés. La noria volteó.
El Málaga apretaba con Antoñín tirando de galones pese a sus 19 años. A los 75 minutos Dani Barrio detenía en boca de gol un remate a quemarropa de Tete Morente, el último fichaje que debutada como blanquiazul. El entusiasmo del Málaga contra el oficio del Numancia. A los 89’ en otra acción a balón parado de esas que el Málaga defiende con temblores, Deriz echó para arriba un balón de 1-2. Y casi en la jugada siguiente Adrián cazó, cual pichichi clásico, un balón suelto dentro del área para anotar el 2-1 cuando menos se esperaba. Un gol de infinita fe y garra. Victoria agónica del Málaga que respira y muy hondo. Y palo gordo para el Numancia que se durmió en los laureles por sentirse demasiado superior.
