Salva Sevilla vuelve a Cornellà en su segunda juventud
El mediocentro del Mallorca vivió tres años en el Espanyol, el último fue amargo, cuando decidió irse al club bermellón, que militaba en Segunda B.
Un escueto pero cariñoso comunicado del Espanyol, en mayo de 2017, ponía fin a la etapa de Salva Sevilla en el club blanquiazul. De menos a más, el jugador que llegó procedente del Betis con 30 años jugó 26 partidos la primera temporada, 15 en la segunda y solamente seis en la tercera, en la que su participación en el equipo de Quique Sánchez Flores fue testimonial. Sevilla vivió un calvario, incluso fue silbado en partidos como ante el Granada. En otros, como en Mestalla contra el Valencia, fue señalado por los aficionados como uno de los culpables de la derrota. Su gol de falta en la jornada 1 de la temporada 2015-16 ante el Getafe es la mejor imagen que recuerdan los aficionados.
Acabó el curso deprimido, con ganas de empezar de cero. “A veces hay que dar un paso atrás para dar dos hacia adelante, y con esta intención vengo”, dijo en su presentación el último día de mercado de agosto de 2016. El andaluz había decidido irse a Segunda B, al Mallorca. Tres temporadas después capitanea al conjunto bermellón en la máxima categoría, que tiene tres puntos más en la clasificación que los blanquiazules, y regresa al RCDE Stadium a sus 35 años (en marzo cumplirá 36) y con 89 partidos jugados en las tres últimas temporadas. De hecho, el jugador almeriense ya le marcó al Espanyol en la primera vuelta, una especie de revancha por cómo se había producido su final de etapa en el club perico, que coincidió con el declive del proyecto que lideró Quique Sánchez Flores.
Actualmente, Sevilla es uno de los fijos en las alineaciones de Vicente Moreno. Ha actuado en 20 encuentros, ha marcado tres tantos y ha dado otras tres asistencias. Es uno de los jugadores más veteranos del campeonato que juega con más asiduidad.
En el Espanyol aterrizó en la campaña 2014-15 procedente del Betis aunque llegó libre al acabar contrato. Su fichaje respondía a una época de escaso poder económico, en la que muchos jugadores de Segunda recalaron en la entidad perica. Tres años después, Sevilla vive una segunda juventud.