ECUADOR
Ángel López, ante su primer gran desafío con Delfín en Ecuador
El técnico español, discípulo de Míchel, Contra, Djukic o Víctor Muñoz, atiende a AS antes de jugar su primera final en Ecuador. Delfín y Liga de Quito luchan por la Supercopa.
La pasión de Ángel López (Madrid, 1983) por el fútbol le ha llevado a recorrer el mundo acompañando a grandes nombres del fútbol nacional e internacional. El técnico español, que estuvo en el Getafe hasta 2013 como segundo entrenador, ha sido el segundo de abordo de Míchel, Víctor Muñoz, Cosmin Contra o Djukic en clubes como el Petrolul Ploiesti (Rumanía), el Guangzhou R&F chino o el Al-Shabab Al Arabi de Dubái.
En 2017, el madrileño dio el salto y se embarcó en su primera experiencia en solitario en el Recreativo de Huelva y después fue nombrado seleccionador nacional de Guinea Ecuatorial. Ahora, sus ganas de seguir aprendiendo y por forjarse un nombre tanto en España como fuera de nuestras fronteras, le han llevado a Ecuador y, a tan sólo un mes de su llegada, afronta el primer gran desafío de su carrera.
Mañana, Delfín, el equipo al que dirige, juega la primera edición de la Supercopa ecuatoriana contra Liga de Quito (será la primera vez que se use el VAR en el país), uno de los equipos más importantes del país. El conjunto cetáceo logró una hazaña histórica en 2019 y se proclamó campeón de Ecuador por primera vez en su historia. Lo hizo de la mano de Fabián Bustos, que ahora dirige a Barcelona de Guayaquil, por lo que Ángel López tiene la gran responsabilidad de continuar este gran proyecto y de volver a realizar un buen papel esta temporada tanto en los torneos locales como en la Copa Libertadores, desafío que afronta con decisión.
López, uno de los cuatro técnicos españoles en Ecuador -Miguel Ángel Ramírez (Independiente del Valle), Ismael Rescalvo (Emelec) y Jordi Cruyff (Ecuador)-, atiende a AS horas antes de su primera final como entrenador y relata cómo están siendo sus primeras semanas en Sudamérica además de analizar sus objetivos en Delfín.
Rescalvo, Miguel Ángel Ramírez, Jordi Cruyff, usted… ¿Qué tiene el fútbol ecuatoriano que atrae tanto a los españoles?
El fútbol no sólo en Ecuador sino también en Sudamérica se vive con gran pasión, es un auténtico estilo de vida, es algo más que un deporte y creo que a los entrenadores españoles nos atrae mucho eso. Además, no existen barreras ni de idioma, mentalidad, religión o costumbres, como sí que ocurre en el fútbol asiático o en el africano. Esto se hace fundamental para que muchos queramos trabajar por aquí. El fútbol se vive con verdadera pasión y es fácil adaptarse al fútbol en Ecuador.
La Federación Ecuatoriana de Fútbol está llevando a cabo una gran revolución que no sólo afecta a la Selección, sino también al fútbol formativo del país y a los equipos de la Liga Pro. ¿Cómo es la apuesta en Delfín por la cantera y en qué cree que puede ayudar este nuevo proyecto de la FEF?
Delfín es un club que hasta hace tres temporadas estaba en segunda división y ha crecido mucho en muy poco tiempo. Su presidente es un hombre honesto, emprendedor, cumplidor, que desde la humildad ha construido un equipo campeón. Cuida mucho la cantera, se invierte en buenos medios para poder competir en las mejores condiciones. En la Federación Ecuatoriana existe un gran malestar por la situación actual del fútbol formativo. Acaban de eliminarles a la primera del Preolímpico Sub 23 y no existe relación entre la potencialidad que tienen aquí los jugadores con el rendimiento que ofrecen en la Selección. Hay un nuevo proyecto con Antonio Cordón y Jordi Cruyff, que también tendrán que estar pendientes del fútbol formativo porque las condiciones son muy buenas y, sin embargo, los resultados últimamente no acompañan.
En tus primeras semanas en el país, ¿qué conclusiones puedes sacar tanto del fútbol ecuatoriano como de tu propio equipo?
Los jugadores ecuatorianos a nivel de talento y a nivel genético tienen unas condiciones muy buenas para la práctica de este deporte. Son jugadores muy fuertes físicamente, rápidos y gozan de una buena calidad técnica. A partir de ahí el entendimiento del juego, la mentalidad para ser mejor cada día, ser ambicioso, es lo que más debemos trabajar para seguir teniendo mejores resultados.
Es una gran responsabilidad dirigir al actual campeón
Es una responsabilidad dirigir al actual campeón, no sólo dirigirlo sino también representarlo fuera de lo que es el fútbol propiamente ecuatoriano, jugar Copa Libertadores es una gran responsabilidad. Creo que cualquier comparación con el equipo del año pasado es una comparación nula desde el punto de vista de que la plantilla ha cambiado casi por completo, solamente siguen 7-8 jugadores del año pasado de los cuales la mayoría de ellos no eran titulares en el equipo que se proclamó campeón.
Delfín hizo historia proclamándose campeón de Ecuador por primera vez en su historia. ¿Cree que el equipo puede igualar la hazaña en 2020? ¿Siente algún tipo de presión? ¿Qué objetivos se marca para este año?
Evidentemente, el año pasado Delfín fue una sorpresa y este año ya no lo va a ser porque viene de ser campeón y porque todo el mundo nos está esperando con la máxima atención, sabiendo de qué somos capaces. Por lo que ya no va a ser un Delfín que sorprenda en determinados campos o un Delfín que la gente pueda pensar que es algo sencillo jugar contra ellos. Este año va a ser más complicado, pero bendita preocupación ir por todos los campos siendo campeón, habiéndose ganado un respeto por parte de los demás.
Mis objetivos son a corto plazo. Tenemos una final muy cerca, el inicio de la Copa Libertadores muy cerca, por lo que lo importante es lo inmediato. Hemos intentado crear unas buenas bases estas cuatro semanas de pretemporada para ahora comenzar realmente todo lo que empieza en poco tiempo. Es apasionante y el único objetivo que hay es ganar cada partido. El próximo partido es el más importante y con esa mentalidad. Tenemos una plantilla de 24 jugadores, bastante competitiva, bastante amplia, que nos da para jugar de diferentes maneras y ser bastante versátiles. Estoy contento por cómo se ha quedado cerrada la plantilla y considero que tiene un nivel equitativo, habrá mucha lucha por ganarse un puesto en el equipo, algo que nos va a hacer mejores.
El próximo sábado afronta su primera final en el país. La Supercopa de Ecuador contra Liga de Quito, que, además, es la primera vez que se organiza. ¿Cómo afronta el partido y qué opina del rival? ¿Qué supondría para usted levantar este trofeo y además ante uno de los históricos del fútbol ecuatoriano?
Toda la vida lo que un entrenador sueña es tener la posibilidad de ganar títulos en tu carrera. Hay jugadores y entrenadores que están toda su vida trabajando a un gran nivel y sin embargo terminan su carrera y nunca consiguieron ganar nada. Tener la posibilidad de ganar un título siempre es algo maravilloso, algo que se te da pocas veces en la vida y tenemos al alcance de la mano hacer historia en el país.
Es la primera edición de la Supercopa, la primera vez que se juega con VAR en Ecuador y tenemos enfrente al todopoderoso Liga de Quito, un equipo campeón de Copa Libertadores, tiene un gran presupuesto, se mueve en unos valores económicos muy por encima de Delfín. Hay gran rivalidad porque ya el año pasado se enfrentaron en la final de la Copa y en la de la Liga. Es un partido con espadas en todo lo alto, la presión por ganar es más suya que nuestra, porque son los que están obligados a todo y nosotros desde nuestra humildad y sin renunciar a nada intentaremos hacer todo lo posible por traer el título para Manta.
Este año el equipo jugará la fase de grupos de la Copa Libertadores. Comparte grupo con Olimpia, Santos y Defensa y Justicia. ¿Qué valoración hace de los rivales? ¿Cuáles cree que son sus armas para pasar de ronda y qué posibilidades cree que tienen de hacerlo?
El grupo es fortísimo. Todo lo que sea Brasil son equipos muy fuertes dentro de Sudamérica. Santos es un equipo muy fuerte, Olimpia de Paraguay también es uno de los clubes importantes y Defensa y Justicia, que no es de los top de Argentina, pero sin embargo los futbolistas y equipos argentinos se caracterizan por un gran nivel competitivo. Creo que meter el nombre de Delfín entre estos rivales es algo maravilloso.
La gente se espera que podemos ser uno de los rivales asequibles de los grupos, pero realmente no nos conocen, no nos esperan lo que se está construyendo aquí, no son conscientes de nuestro potencial ni de nuestras virtudes. Eso nos puede venir bien, creo que va a ser muy incómodo para ellos jugar los partidos que juguemos aquí en Ecuador y vamos a intentar desde el primer día que debutamos en casa ante Olimpia comenzar haciendo las cosas bien y sumar tres puntos, así el grupo se nos puede poner de cara. Con los partidos de casa intentaremos tener nuestras opciones y con los de fuera intentar seguir sumando para tener el pase a la siguiente ronda, que es mi objetivo primordial.
El equipo se ha reforzado en este mercado, aunque también se han ido nombres importantes como Piñatares o Perlaza. ¿Está conforme con la plantilla o cree que falta algún jugador que refuerce alguna posición?
Estoy contento en cuanto a la plantilla. Es cierto que los jugadores más importantes de la temporada pasada se han ido a otros equipos por otras ofertas mejores económica o deportivamente, pero el club se ha rearmado rápido y por completo y nos ha quedado una plantilla bastante equilibrada, competitiva. Da para jugar con dos puntas arriba, da para jugar con tres en el mediocampo y uno solo en punta, por lo tanto nos da versatilidad. Creo que tenemos que ser un equipo que se adapte a distintos entornos, ambientes, a jugar en altura.
Algo que llama mucho la atención del fútbol en Ecuador es que unos equipos juegan a mucha altura y otros al nivel del mar, no es lo mismo, tenemos que estar preparados para ambos casos. Para un equipo que juega al nivel del mar como nosotros subir a la altura es un hándicap que nos influye muchísimo porque no estás acostumbrado porque tienes una sensación de ahogo todo el partido. Adaptarse a eso es algo realmente complejo y dictamina parte del éxito final.
Ha estado al lado de entrenadores de renombre. ¿Qué ha aprendido de cada uno de ellos? ¿Ha adaptado algo de lo que has visto de ellos a tu propio estilo?
He tenido la oportunidad de trabajar codo con codo con Víctor Muñoz, Djukic, Míchel, Contra… Todos ellos exjugadores top a nivel internacional que luego han desarrollado su carrera como entrenadores y he tenido la suerte de ser segundo entrenador de muchos de ellos. De todos ellos he intentado nutrirme, sacar lo mejor de cada uno de ellos para luego hacer mi propia metodología y mi propio estilo de dirección. Yo tenía claro que quería ser primer entrenador desde el primer momento, pero también tenía claro que para ello, al no haber sido jugador profesional, mis primeras experiencias profesionales tenían que ser cumpliendo una función secundaria, como preparador físico, asistente, segundo entrenador…
Me ha venido muy bien trabajar al lado de todos estos exjugadores convertidos en técnicos para que luego a la hora de dar el paso fuera más fácil. El momento llegó en su día en el Recreativo de Huelva y la Selección de Guinea Ecuatorial y ahora en Delfín donde ya puedo desarrollar mi carrera y por supuesto tengo muy presente el trabajo que hice con todos y cada uno de ellos, he aprendido de todos, son muy distintos entre ellos y aprendí cosas distintas de cada uno.
Por último, ¿cuáles son las características y el sello que quiere inculcar en Delfín? Es decir, cuando la gente hable del Delfín de Ángel López, ¿por qué le gustaría que lo reconocieran?
A mí me gustaría que Delfín se caracterizara por ser un equipo agresivo, atrevido, valiente y competitivo. A partir de ahí jugaremos directo o jugaremos elaborando desde atrás en función de lo que pidan los partidos y cada situación. Pero el sello me gustaría que fuera ese: ser un equipo que compita en cada campo, en cada minuto, en cada situación y que hace todo lo posible por ganar cada partido. Hemos venido cinco españoles en el cuerpo técnico y creo que desde nuestra capacidad de adaptación y desde nuestra humildad hemos venido también con la intención de dejar nuestro sello y de hacer las cosas bien en el día a día.