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REAL MADRID

Un Bale 'ciego' ante el gol

Mañana, ante el Sevilla, habrán pasado 140 días desde el último gol del británico. Es su peor curso de blanco a estas alturas de temporada.

MadridActualizado a
Bale, durante el Valencia-Real Madrid de LaLiga.
REUTERS

Gareth Bale no ve puerta. Un futbolista como el galés, que durante su carrera ha demostrado una más que suficiente capacidad para encontrar portería (104 goles en 245 partidos desde que llegó al Madrid), atraviesa una inusual sequía que, a su vez, le mantiene con sus peores estadísticas desde que aterrizó en el club blanco en 2013. Sólo ha marcado en un partido de los 14 que ha jugado este curso, un doblete al Villarreal en la tercera jornada de LaLiga, el 1 de septiembre de 2019.

Mañana, en el duelo ante el Sevilla, habrán pasado 140 días desde aquel encuentro en La Cerámica y la cuenta goleadora personal del británico no se ha movido. Acumula 686 minutos sin anotar; su plusmarca data del final de la temporada 2010-11 y el inicio de la 2011-12, cuando sumó 916 minutos sin motivos para festejar una diana, todavía con la camiseta del Tottenham Hotspur. Los números retratan al peor Bale como madridista, desde que se consumó su fichaje el último día de agosto de 2013, a cambio de 101 millones de euros.

A estas alturas, en sus seis campañas previas en el Madrid, siempre mejoró las cifras que está firmando, incluso en cursos en los que, como le ha sucedido en este, las lesiones están teniendo un peso importante en su rendimiento. La temporada pasada, sin ir más lejos, llevaba diez dianas a estas alturas; los cursos 2014-15 y 2015-16 se mantienen como los mejores para él, pues a 17 de enero había visto puerta hasta 12 veces, en ambos casos. Y en la 2017-18, en la que había jugado prácticamente lo mismo que ha participado en la presente campaña (999 minutos aquel curso; 937’ en el actual), llevaba siete goles, más del triple que en esta 2019-20.

También es cierto que la fortuna le está siendo esquiva, ha podido marcar varias veces y siempre le faltaron o sobraron unos centímetros. Como el 26 de noviembre, cuando tuvo en sus botas el gol del triunfo ante el PSG en el Bernabéu (2-2); su falta directa acabó chocando contra el poste en los minutos finales. O en el Clásico liguero del 18 de diciembre en el Camp Nou, cuando remató a la red un pase de Mendy, pero la jugada fue anulada por un justísimo fuera de juego del lateral francés.