La acción social de Roberto Mickel que fascina a toda China
El canario ha formado en Shenzhen el primer equipo chino integrado única y exclusivamente por niños con discapacidad intelectual. “Es muy gratificante”, confiesa.
“Ver la sonrisa de los niños satisface más que cualquier título”. Son palabras de Roberto Mickel, canario de nacimiento y propulsor del primer equipo chino integrado única y exclusivamente por niños y niñas con discapacidad intelectual. Lo ha hecho en el Shenzhen FC, donde trabaja como director deportivo después de dar forma a toda la estructura de filiales del equipo: “El club colaboraba económicamente con la asociación ‘Ángel Baby’, pero nadie se había percatado de que el fútbol puede ser una herramienta para cambiar vidas”, desvela Roberto.
Inspirado en LaLiga Genuine Santander, una Liga de fútbol integrada por equipos del colectivo DI (personas con discapacidad intelectual), Roberto Mickel puso en marcha un proyecto que ha captado la atención de toda China: “Pensé que ya se he habría ocurrido a alguien. China es tan grande… Pero no, vinieron muchos periodistas al club y todos confirmaron que se trataba de un proyecto único. La Federación ya se ha hecho eco y les gusta. Ojalá en el futuro todos los clubes estén obligados a impulsar algo así”.
Aunque la idea de Roberto no tuvo gran acogida en un primer momento -“los padres estaban convencidos de que sus hijos no podían hacer deporte e incluso se negaban a dejarlos solos”-, los buenos resultados obtenidos han cambiado la opinión de todo el mundo: “En principio íbamos a entrenar dos veces al mes, pero ya quieren hacerlo una vez por semana. Los niños están felices e invirtiendo en su futuro: si crecen sin actividad física su capacidad de coordinación irá a peor. Tenemos niños muy pequeños que se van a beneficiar mucho de esta iniciativa”, augura Mickel.
Son 30 los niños y niñas con parálisis cerebral que acuden mensualmente a las instalaciones del Shenzhen FC. Un número que en un principio iba a ser menor, pero “no pude dejar fuera a nadie y al final hicimos dos equipos en vez de uno. El club no puso ningún problema”. Son los propios canteranos del equipo chino quienes se ocupan de gran parte de los entrenamientos. “Algunos acaban llorando porque desconocían que existieran niños con este problema. A ellos también les sirve porque cogen conciencia y descubren que, aunque en la vida hay situaciones difíciles, se pueden hacer grandes cosas”, explica Roberto.
El canario, quien confiesa verse mucho más arraigado a Shenzhen tras la creación de este proyecto, se muestra “encantado” por haber podido demostrar que el fútbol es mucho más de lo que refleja la Superliga china. “La sociedad cree que este deporte no puede hacer nada por ellos, que es solo un negocio. En las noticias solo aparecen los fichajes caros de los equipos de Primera, pero cuando ven a los niños y sus familiares, a los que se les cae la baba, se dan cuenta de que el fútbol va mucho más allá del dinero. Todo esto es muy gratificante”, sentencia.