RAYO VALLECANO I ENTREVISTA AS
Paco: "A 2020 le pido calma; estamos todos crispados"
Paco Jémez (Las Palmas, 49 años) es el entrenador de un Rayo que sueña con mejorar en la segunda vuelta para así regresar a Primera en 2020. Atrás deja un año complicado.
—¿Cómo ha sido 2019?
—Hemos tenido años mejores en lo deportivo y muchas complicaciones extradeportivas. Ha sido para analizarlo y que no vuelvan a ocurrir algunas de las situaciones que se han dado. Puede servirnos de referente para no volver a vivir esto.
—El objetivo era meterse en playoff por Navidad. No ha sucedido.
—El Rayo juega bien, defiende mejor y, con los partidos que quedan, nos dará para llegar arriba. Hay que hacer una buena segunda vuelta, después de que la primera haya sido regular nada más. Es un signo de madurez no buscar excusas y responsabilizarnos de lo que hemos hecho.
—Les está costando mucho ganar... ¿Por qué?
—No tenemos que hacer más de lo que hacemos sino rentabilizarlo mejor. El día de Las Palmas demostramos oficio jugando con uno menos y llevamos el partido donde nos interesó. No es el fútbol que a mí me gusta, pero sí un recurso en un momento dado. Nos puede valer para el futuro.
—Dijo que para aspirar al ascenso necesitaban refuerzos, ¿cuántos?
—Las lesiones han dejado al equipo muy mermado. A veces estábamos los justitos para ir convocados. Estamos cojos en los extremos, hemos tenido que jugar con laterales, con mediapuntas tirados a banda… No es un capricho mío sino necesidad.
—Hay que traer al menos dos para afrontar con garantías la competición hasta el final. No tenemos tan claro el nombre como las características. Nuestros extremos han sido pequeños, rápidos... Los queremos más grandes, potentes, fuertes en el uno contra uno y que nos den registros diferentes.
—¿Llegará un delantero?
—Los tenemos muy buenos, pero si surge una posibilidad el club se lo planteará. Eso va en función de los resultados. Los primeros que pierden el puesto son los técnicos, pero si los jugadores no han dado el nivel, con los fichajes, también se pueden quedar fuera. Hay gente que ahora tendrá que partirse la cara. Si fuésemos segundos, estaríamos todos más tranquilos.
—¿Saldrán Abdoulaye, Lass o Advíncula?
—Abdoulaye tiene que salir: él lo quiere así y deportivamente no contamos con él. Sólo hay una solución y hay que buscarla cuanto antes. No sé cuál es la situación de Lass. No nos planteamos su presencia al formar la plantilla, nadie me dijo: 'Acuérdate de que viene en enero y debes contar con él'. No es una alternativa, en el mercado hay que ir a algo más seguro. Advíncula es del Rayo y está jugando. Tenemos que reforzar al equipo, no debilitarlo. No debería pasar nada que no pasase el pasado verano.
—Los resultados generaron dudas sobre su continuidad.
—En otro club a lo mejor ahora no estaría en el banquillo. O sí, no sé. Agradezco al Rayo que me haya mantenido cuando los resultados no eran, ni por asomo, los esperados, pero las sensaciones son buenas y todavía podemos llegar adonde queremos. Los jugadores y yo debemos asumir esa responsabilidad. Son un buen grupo, grandes profesionales, no nos hemos equivocado con ellos, pero todos hemos rendido por debajo de lo esperado.
—Le han caído tres partidos tras su expulsión en Copa.
—Si el cuento te lo cuenta Caperucita o el Lobo no tiene nada que ver. Me echa porque le da la gana y luego le digo que es muy malo. Me cae un partido por la expulsión y dos por desconsideración. No sé hasta qué punto eso es desconsiderado, le digo lo que es, no le insulto. Acepto mi error, pero no me parece para dos partidos. Él me expulsa porque le digo que saque las tarjetas en lo realmente necesario. Es una pena que árbitros jóvenes tengan la mentalidad de hace 40 ó 50 años. A algunos no los puedes ni mirar, tienen un complejo de inferioridad tan grande que se defienden con tarjetas. Ahora hay que dialogar y aguantar, entender que en un momento dado te digan: 'Joder, qué malo eres'. Pues que le responda: 'Y tú más'. No pasa nada. A mí en eso me gustaban mucho los mexicanos. Te cagabas en su padre y ellos, en tu madre. Y se seguía. En España parecen intocables y son una minoría porque nuestros árbitros han mejorado muchísimo.
—¿Cómo ve la resolución por el 'Caso Zozulia'?
—Reanudar el partido a puerta cerrada y la multa económica se veía venir, pero cerrar el fondo lo veo excesivo. Lo vamos a tener que sufrir nosotros y nuestra afición. No nos queda otra que recurrir, por si se puede hacer algo.
—La afición se sintió molesta por sus palabras del otro día…
—La quiero mucho, la respeto y la he defendido siempre. Ahora, en aspectos políticos o religiosos no saco la cara por nadie. El otro día lo dejé muy clarito y quien no me entendió es porque no quiere entenderme. Yo me peleo por mi afición con quien sea, hasta un límite. Han salido Pablo Iglesias, Errejón, Rufián… apoyándoles, pero ellos son políticos. Para temas políticos ya están los políticos. Yo soy entrenador y ésto no tiene nada que ver con el fútbol, sólo que se ha producido en un campo.
—¿Se sienten en medio del conflicto directiva-afición?
—Nos pilla de lleno. Vallecas ha perdido toda la esencia que le ha hecho grande. Somos un campo más. Antes era el último reducto de fútbol de barrio, venían extranjeros a ver partidos… Nos lo hemos cargado y es culpa nuestra. Me refiero a todos, nos metemos todos en el ajo. Me hubiera gustado tener el ambiente de mi anterior etapa, la afición nos hacía sentirnos más importantes de lo que éramos.
—¿Qué le pide a 2020?
—Salud y calma. Todos estamos demasiado crispados y saltando a la mínima. Intentaremos que los problemas nos los pongan los rivales, no nosotros mismos. Los unos a los otros, los otros a los unos, aquí no se salva nadie. Ojalá seamos un club unido que la gente envidie. Hay que arreglarlo.
—¿Y un ascenso?
—Eso es una obligación, tenemos que pelear por eso.
—¿Siguen la plantilla y usted implicados en causas sociales?
—El otro día vi un documental de un exgolfista y me encantó una frase que decía sobre el éxito. No era dinero ni fama sino ayudar a los demás. En Vallecas hemos hecho muchas cosas otros años y éste todavía no, pero lo haremos. Estamos tan ensimismados en lo nuestro que nos olvidamos de lo más importante. Uno de los mejores consejos de mi padre (el cantaor Lucas de Écija) es que, si algún día podía ayudar a alguien, lo hiciera.