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REAL MADRID

La redención de Bale

Pese a no brillar, firmó una actuación convincente en el Camp Nou que le empieza a reconciliar con Zidane y con la grada del Bernabéu tras sus múltiples polémicas.

Madrid
Bale, en el Barcelona-Real Madrid.
Getty Images

Se veía venir y se cumplió: Gareth Bale volvió al once titular del Real Madrid en el que probablemente ha sido el partido de mayor peso en lo que va de temporada. El galés sólo había entrado en el once en uno de los últimos cuatro partidos en los que había estado disponible, contra el Alavés en Mendizorroza; no fue titular ni en las visita de PSG y Real Sociedad al Bernabéu ni en el partido de Mestalla ante el Valencia. Nada que ver con el jugador que fue titular en seis de las ocho primera jornadas, quedaba patente que la curva de Bale en esta temporada 2019-20 era descendente.

Hasta el Camp Nou, donde Zidane obvió las muchas diferencias que le separan del galés en busca de un triunfo que no llegó, aunque poco faltó. El francés fue clarísimo en pretemporada, cuando la salida de Bale parecía cantada, con destino al fútbol chino: “Si se va mañana, mejor”. Pero no se fue y Zidane, práctico ante todo, optó por exprimir al británico antes que defenestrarlo, consciente de que podía aportar mucho, aun con toda la historia compartida entre jugador y técnico.

Pese al inicio tranquilo, la suplencia del galés contra el Brujas, sus nuevas lesiones y aquel incidente de la pancarta con su selección (“Wales. Golf. Madrid. In that order”) amenazaron con reventarlo todo. Pero Zidane, una vez más, eligió tirar de mano izquierda y recuperar a Bale para la causa, pese a que el Bernabéu le sentenció en el choque ante la Real Sociedad. Ya antes del Clásico insinuó que su alto rendimiento en partidos de esta alcurnia era un punto a su favor: “Está con nosotros, está entrenándose bien. Es un jugador importante, siempre lo ha demostrado. Va a estar preparado, como todos. No tengo dudas”.

Se cumplió el pronóstico, Bale fue titular en el Camp Nou y comenzó la que, espera, sea su redención ante un público madridista que le tiene tomada la matrícula, sobre todo tras los eventos recientes en Gales. Realizó dos remates (uno fuera y uno bloqueado), aunque embocó la más clara que tuvo, tras un buen pase de un Mendy que partió en fuera de juego, lo que desestimó la jugada. Con el balón estuvo más que correcto (34 pases buenos de 40, el 85%) y su implicación defensiva quedó patente, aunque las cifras no la respalden (sólo una recuperación); fue al choque once veces, aunque sólo salió victorioso en dos. Su partido no fue tanto de cifras como de sensaciones; ese Bale es un futbolista perfectamente utilizable por parte de Zidane, que tiene la fortuna de que no hay más parones de selecciones hasta marzo. Son más de tres meses por delante sin líos, lesiones fuera de sitio o pancartas poco elegantes.