Los tumbos de Chen
El presidente, que en cuatro años ha reducido la deuda del Espanyol y ha recuperado casi toda la inversión, lleva dos directores generales, tres deportivos y cuatro técnicos.
“Quiero ver un Espanyol en Champions en menos de tres años”. “Con nosotros el Espanyol no volverá a vender por necesidad”. “Aprenderé catalán lo antes posible”. Estas tres son algunas de las frases de Chen Yansheng, presidente y propietario del club perico, el 21 de enero de 2016, justo cuando comparecía ante los medios como nuevo máximo accionista del Espanyol. Una expectación que, prácticamente cuatro años más tarde, ha sufrido un frenazo considerable que amenaza con el descenso a Segunda. La mejora económica no ha supuesto la deportiva.
Del Chen de 2016 al actual existen numerosos cambios. El presidente invirtió el primer verano 18,40 millones y solamente ingresó seis. Una gestión que lideraron Robert, Quique y Gómez, quien fue el primer despedido. Lardín fue nombrado en octubre director deportivo. Pero todo viró al finalizar esa temporada. El Espanyol vivió de espaldas a la realidad de su límite salarial y el paso adelante que esperaba dar, y que le habían prometido a Quique, no se efectuó. La llegada de Óscar Perarnau sirvió para controlar el gasto. En la 17-18, el Espanyol invirtió 4,5 millones e ingresó 7,7. Robert cayó en enero, Lardín y Quique, en abril.
Chen decidió separar la gestión corporativa de la deportiva, pero las figuras de Guasch y Perarnau rivalizaron. El aumento de los ingresos, en partidas como al área comercial, vino provocado por los éxitos deportivos y la llegada de Wu Lei. En la campaña 2018-19, el club gastó la mitad de lo ingresado en ventas. El acierto en las elecciones de Rubi y Borja Iglesias ayudó a que el Espanyol viviera la mejor temporada de su historia en Cornellà-El Prat y se metiera en la Europa League. Pero la inversión deportiva fue la misma. Rubi, como Quique dos años antes, mostró su disconformidad y decidió aceptar una mejor y millonaria oferta del Betis.
Seis meses después, y tras un verano récord con hasta 48 millones en ingresos (22 en fichajes), Chen corta de nuevo la cabeza de Guasch y Perarnau vuelve a sus orígenes. Ahora se busca un director general que aglutine todas las áreas y Rufete se queda como el único responsable del primer equipo. Chen cambia los nombres y, muy probablemente, el modelo. Con la ampliación de capital la deuda del club con él se reduce a solo 13 millones. En cuatro años, Chen ha salvado al Espanyol de la ruina económica y ha recuperado casi la inversión, aunque el equipo está ahora mismo peor que cuando lo compró.