Zidane y el jeroglífico Messi
El técnico del Real Madrid ya siente el viejo dilema: ¿cómo neutralizar al diez culé? Zizou maneja tres opciones contra el Balón de Oro, con la figura de Fede Valverde en el epicentro...
Ha sido un problema recurrente para Capello, Schuster, Juande Ramos, Pellegrini, Mourinho, Ancelotti, Benítez, Solari y, en dos etapas, Zidane: ¿Cómo neutralizar a Messi?
La primera fórmula es engrasar el binomio Casemiro-Valverde, el muro de carga en este Madrid tan mejorado. El brasileño y El Pajarito serían el escudo antiMessi mientras que los otros dos centrocampistas del 4-4-2 (Kroos, Modric ó Isco) terminarían de dar solidez y llevarían más peso a la hora de construir el juego blanco.
La siguiente posibilidad es acentuar la importancia en las ayudas de Ramos y Varane. Ahogar el espacio vital de Messi estrechando los metros entre la defensa y los pivotes, especialmente Valverde. La tercera, el marcaje individual de Valverde a Messi, es la más peliaguda. Al propio Zizou le salió el tiro por la culata en el penúltimo Clásico que ha vivido, el doloroso 0-3 del Bernabéu del 23 de diciembre de 2017. Aquel día, el francés sorprendió con Kovacic como perro de presa para vigilar al crack y el Madrid lo pagó caro. En un contragolpe, el croata siguió órdenes a rajatabla, no se despegó de Messi y eso le dejó una autopista de tres carriles a Rakitic hacia el 0-1 azulgrana...
Lo intentaron Mou y 'Carletto'...
Antes, el que perdió noches de sueño y ganó canas ideando métodos para intentar minimizar la influencia de Messi fue Mourinho. Durante la cruenta sucesión de Clásicos de 2011 y 2012, diseñó un sistema (‘la jaula’) para encerrar al argentino utilizando a Pepe en el centro del campo con la misión de ser la sombra de La Pulga. Ancelotti optó por un planteamiento parecido para su primer Barcelona-Real Madrid, en 2013. Adelantó a Ramos (Varane y Pepe fueron los centrales) para torpedear la zona de acción del astro argentino. De poco sirvió. Los blancos cayeron 2-1 (Messi dio el 1-0 a Mathieu) y meses después el italiano reconoció que aquella táctica “fue un error”.
Messi está en un momento especialmente dulce y Zidane tiene nueve días para descifrar el complejo jeroglífico que supone anular al Balón de Oro.