"Tengo un sexto sentido para intuir dónde va a acabar la jugada"

Si la primera temporada de Pol Llonch en Holanda fue muy buena, la segunda va camino de ser espectacular. El centrocampista español continúa siendo clave en la medular del Willem II, que tras 15 jornadas disputadas en la Eredivisie marcha cuarto solo por detrás de Ajax, AZ Alkmaar y PSV. “Estoy muy contento porque estoy jugándolo todo y siento la confianza del míster. El equipo, además, está jugando bien. Con la base del año pasado y las nuevas incorporaciones hemos encontrado el equilibrio, pero se puede pedir más porque siempre hay que mirar para arriba. Soy una persona muy exigente”, descubre Llonch.

Uno de los secretos de este Willem, que ya alcanzó la final de Copa la pasada temporada, es que “tanto los jugadores como el ‘staff’ somos muy ambiciosos”. “Ahora mismo no sé dónde está el techo de este equipo. Somos jóvenes y tenemos mucha hambre. Incluso cuando ganamos tratamos de encontrar cosas negativas para seguir mejorando”, descubre Pol Llonch días antes de afrontar uno de los partidos más importantes de la temporada. “Visitar al Ajax siempre es complicado, son un equipazo. Pero todos los equipos tienen que perder alguna vez al año. ¿Por qué no el viernes? Nosotros llegamos en un gran momento y ellos tienen después un partido de Champions crucial frente al Valencia”, analiza el ex de Espanyol o Granada.

Si hay un momento adecuado para visitar el Ámsterdam Arena es este. El Willem II afronta su visita al campeón tras golear 4-0 al Sparta de Rotterdam. Un encuentro en el que Pol Llonch recuperó ocho balones, de los cuales tres acabaron en gol favorable a su equipo: “Creo que tengo un sexto sentido para intuir dónde va a acabar la jugada. Con los años he aprendido a colocarme mejor e interceptar se ha convertido en una de mis mejores cualidades”. El español es, tras Azor Matusiwa (FC Groningen), el jugador que más balones ha interceptado en la Eredivisie (37). También el que más faltas hace (34), lo que en las últimas semanas le ha hecho ganarse el apodo de ‘bad boy’: “De eso nada, yo también recibo mucho. A veces parece que voy con cara de mala leche pero es que juego en el centro del campo. Es donde más duelos hay y tengo que estar muy concentrado. Además yo soy muy pesado, me gusta estar encima de los contrarios y antes de que me superen hago falta. Pero todo pensando en ayudar al equipo y desde el juego limpio. No me verás en una trifulca”, analiza.

La entrega que Pol Llonch demuestra en cada partido le ha llevado a crear un vínculo muy especial con la afición del Willem II, lo que define como “una de las mejores cosas que le puede pasar a un futbolista”. “Es una sensación indescriptible. Se me pone la piel de gallina cada vez que me acerco a la grada. Me siento muy querido y ver que a la gente le gustas, que se siente identificada con tu fútbol, llena muchísimo. En cada partido en casa nos juntamos 15.000 personas y la atmósfera que hay es espectacular. Tenemos una de las mejores aficiones que existen. Si está contigo, pelea y aprieta tu rendimiento aumenta. Y eso es lo mejor”, concluye el español.