Ortuño y el VAR levantan al Oviedo
Los azules derrotan al Rayo gracias a un penalti concedido por el videoarbitraje. Paco Jémez sigue tocado tras seis jornadas sin ganar
El Oviedo respira y a Jémez se le acaba el aire. Un decisión de Pulido Santana, corregida por el VAR, le concedió a los azules un penalti a seis minutos del final que Ortuño aprovechó desafiando a la presión. Fue la diferencia en un duelo parejo, presidido por el miedo. El que cometiera menos errores ganaría, y ese fue el equipo de Rozada. El partido entró eléctrico, desafiando a un horario incómodo y a un clima desapacible. Solo tardó 27 segundo el Oviedo en encontrar el boleto premiado. Sangalli buscó a Nieto como prolongación de su banda y el lateral se comportó como un ariete brasileño: recorte y balón a la red. La puesta en escena azul pudo haber sido aún más brillante si Sangalli hubiera definido con más intención ante Dimitrievski a los 2 minutos, pero el meta puso la pierna en el lugar exacto.
La sensación era que el partido se podría partir en las áreas, pero más por algún error de bulto que por un ataque de inspiración. Eso fue lo que sucedió a los 10 minutos, cuando Arribas regaló una pelota en el área a Embarba. El rayista definió con pulcritud para hacer el 1-1.
Tras la agitación de los primeros diez minutos, el choque entró en una fase de letargo, con los de Jémez dueños de la pelota, con largas posesiones, aunque sin intenciones ante el área azul. Las dos únicas acciones reseñables antes del descanso fueron visitantes: un disparo de Álvaro en la esquina del área que Champagne tapó con el cuerpo y un centro cerrado de Embarba.
Tras el paso por los vestuarios, el Oviedo sí se planteó discutirle la pelota al Rayo. Dio un paso adelante y el dominio se alternó. Aunque el choque perdió chispa, con dos equipos más pendientes de no fallar que de llevarse el premio. No ayudó al espectáculo el errático arbitraje de Pulido Santana.
En el minuto 67, el Oviedo se encontró con una puerta abierta. Fue una pérdida rayista con la que los azules montaron la contra. Borja pisó el área pero su zurdazo se fue al lateral de la red. La jugada decisiva llegó a los 79 minutos. Nieto olió la indecisión en la zaga, se hizo con la pelota y entró en carrera. Catena le derribó y el Pulido Santana corrió a la escena del crimen tarjeta en mano, pero para Nieto, por supuesta simulación. El VAR corrigió la osadía (innecesaria) del colegiado señalando penalti. Ortuño disparó contra los fantasmas e hizo el 2-1. Fue el golpe definitivo. El Rayo intentó responder con un estilo más directo, pero el Oviedo se defendió con orden.