Aguirre recupera la tradición de los entrenos a puerta abierta
De las 18 sesiones que ha dirigido, sólo siete han sido a puerta cerrada. Con Garitano era habitual la puerta abierta. Pellegrino aumentó el marcaje a los curiosos.
Vuelta a las viejas costumbres. Vuelta a la normalidad y el contacto cercano. Javier Aguirre, entrenador del Leganés, ha retomado la tradición de abrir los entrenamientos de un equipo que, desde la llegada de Pellegrino, acostumbró a blindar sus sesiones por (quizá) exceso de celo profesional.
“Habrá puertas abiertas siempre que podamos”, comentó el Vasco el día de su presentación, en la que dejó claro que quiere que la afición se acerque a ver a los suyos, que le dé el aliento y que los jugadores lo noten. “En otros equipos vas mal, sales con el coche y te dicen de todo. Aquí te aplauden, te animan, te tratan bien…”, comentó también sorprendido por cómo la parroquia pepinera está respondiendo ante el complejo panorama de su equipo.
Así las cosas, el técnico ha cumplido con la palabra dada esa mañana de su puesta de largo y de los 18 entrenamientos que ha dirigido desde el 4 de noviembre (fecha de su estreno), sólo siete han sido a puerta cerrada. El resto (once) han sido accesibles para todo el mundo que quisiera verlos de principio a fin. Vuelta a las viejas costumbres. Con el mexicano se ha retornado a los tiempos de Asier Garitano, cuando apenas dos a la semana eran a puerta cerrada… y no para todos.
Los habituales de Garitano
Con el entrenador de Bergara había un núcleo de viejos aficionados del Leganés, la mayoría ya jubilados, con derecho a acceder fueran dónde fuera cada entrenamiento y en las condiciones que fueran. “Siempre nos han seguido desde Segunda B, ¿por qué les iba a prohibir entrar ahora que estamos en Primera?” repetía entonces el ahora entrenador del Alavés. Pellegrino mutó parcialmente esta costumbre.
En el librillo de estilo del Flaco estaba el evitar que los curiosos pudieran olisquear en sus métodos, sus ejercicios o sus alineaciones. La ausencia de filtraciones era una de sus manías más recurrentes, lo que llevó a que apenas un entreno por semana (generalmente el post-partido, de recuperación) fuera a puerta abierta. El resto se hacían a puerta cerrada, con apenas 10 minutos para la prensa y, eso sí, la posibilidad de que aquellos aficionados veteranos siguieran acudiendo sin veto alguno.
El poco tiempo que Luis Cembranos estuvo al frente del equipo el blindaje de las sesiones comenzó a remitir y ya con Aguirre se ha evaporado hasta retornar a los umbrales anterioes. Así, por ejemplo, esta semana el equipo hará a puerta cerrada las sesiones de hoy jueves, viernes y sábado, pero se ha ejercitado para todo el público tanto ayer miércoles, como el martes.