Cara a cara de dos que ya saben que les va a tocar sufrir
El Racing y el Extremadura pelean por tres puntos que les pueden alejar del descenso. Granero, cinco años como racinguista, vuelve a Santander de azulgrana
A base de repetir, una y otra vez, todos los que salían esta semana del vestuario racinguista que el duelo con el Extremadura no es una final, han conseguido que el racinguismo se lo tome como tal. A pesar de que quedan seis meses de competición, atascarse con una sola victoria tras el primer tercio del campeonato podría ser letal para los verdiblancos. Y el que mejor lo sabe es el nuevo míster, Cristóbal Parralo, consciente de que si no logra pronto sumar de tres en tres su misión podría convertirse en un vía crucis.
A pesar de que en los entrenamientos de la semana se le ha visto más preocupado de acabar de armar la estructura defensiva a su gusto y de que en Lugo, con salidas en largo a la mínima, no pareció priorizar la posesión, el mensaje en sala de prensa ha puesto el acento en tener el balón como mejor manera de defender.
Parece que el nuevo míster sí que cree que puede haber dos perfiles distintos de equipo, fuera y en El Sardinero. Con toda la plantilla disponible, no se espera muchos cambios, si acaso, en los laterales.
Reforzados. Los extremeños llegan a Santander con la intención de confirmar que lo ocurrido ante el Depor no fue una casualidad. Mosquera no es de cambiar las cosas cuando funcionan, pero saber si seguirá apostando por la defensa de cinco con la que sorprendió al Depor es una incógnita. La única novedad es la convocatoria es la entrada de Fran Cruz, tras lesión, en detrimento de Josema, que vuelve a quedarse en Almendralejo. La otra premisa para los azulgranas será la de borrar la mala imagen dada en su última salida, a Miranda de Ebro, que será recordado como el peor partido de lo que llevamos de liga.