Sufriste un hundimiento craneal cuando jugabas en el Orzán tras un lance de juego durante un partido que casi te cuesta la vida ¿Cómo y qué recuerdas todo lo ocurrido ese día?
¿Crees que volviste a nacer?
¿Valoras más todo lo que te está pasando tras tener la muerte tan cerca?
¿Te planteabas ser entrenador antes de lo que te ocurrió?
De pequeño eras aficionado del Dépor, ¿qué supuso para ti que decidieran nombrarte entrenador?
¿Te queda algún sueño por cumplir en el fútbol?
El año pasado ascendéis a la Liga Iberdrola tras encadenar 29 victorias seguidas, ¿cómo se consiguen esos registros? No será casualidad.
Eso es muchísimo trabajo, no creo que tengamos ningún secreto, soy un obseso del trabajo: si cada especialista no estuviera con las jugadores ni entrenara con ilusión pues no sería lo mismo.
Tras subir, os lleváis dos reveses en pretemporada con las derrotas ante el Madrid Club de Fútbol y el Granadilla ¿Cómo se consigue levantar psicológicamente a un equipo en tan poco tiempo?
Este año los palos era necesarios: tras el Granadilla les dije "el malo ya no es Manu, se llama Primera Iberdrola" porque lo que nos costó era llegar a hacerles ver a las jugadoras que ese camino de rosas se iba a acabar y todo se iba a complicar, iba todo tan bien que en sus cabezas no estaba la posibilidad de perder; pensábamos que con lo que hacíamos nos iba a valer y luego nos costaba en los entrenamientos. Aquel palo, porque llevarte 5 goles delante de tu gente es duro, hizo que las jugadoras lo vieran y en los entrenamientos empezamos a apretar en todos los sentidos.
Insistís que el objetivo es la permanencia, pero ocupando el tercer puesto de la clasificación, ¿se puede soñar con algo más?
Este mes ya jugasteis con el Atlético y el 27 contra el Barça, ¿este tramo de la temporada puede marcar un antes y un después para vosotros?