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BOURNEMOUTH 1 - MANCHESTER UNITED 0

El United vuelve a las andadas

Los 'cherries', que no ganaban desde hacía cinco jornadas, se colocan sextos de forma provisional.

Bournemouth's Welsh midfielder Harry Wilson (L) beats Manchester United's Brazilian midfielder Fred (R) during the English Premier League football match between Bournemouth and Manchester United at the Vitality Stadium in Bournemouth, southern E
GLYN KIRKAFP

Cuando parece que el Manchester United comienza a asentarse y a encajar sus piezas, vuelve a desmoronarse. El conjunto de Solskjaer, que lleva siete puntos menos que el de Mourinho a estas alturas, 13 a 20, es octavo, aunque podría quedarse más allá del decimotercer puesto según vaya la jornada tras su derrota por la mínima ante el Bournemouth. Solskjaer, al que se le apaga la sonrisa con cada día que pasa, no olvida que Mourinho fue despedido siete jornadas después con el doble de puntos de los que llevan los suyos actualmente.

Y eso a pesar de que, en la derrota de hoy, los red devils entraron mucho mejor en el encuentro, sobre todo por una banda derecha en la que James, que es una bala, se convirtió en un puñal para los cherries, que tampoco podían distraerse porque en por el otro costado entraba Rashford. Aun así, lo cierto es que se pudo observar desde el primer momento que el equipo de Eddie Howe estaba muy bien plantado sobre el césped, cargado de concentración y dispuesto a no regalar fácilmente un solo punto en su estadio.

La claridad, y el saber esperar su momento, facilitaron que el United fuese descomponiéndose por sí mismo y King, al que dejaron hacer y deshacer prácticamente cuanto quiso en el balcón del área pequeña, marcó su tercer gol en esta Premier League justo cuando el cronómetro marcaba el minuto 45 de partido. Duro golpe con el que irse al vestuario y trago complicado para un Solskjaer que hoy cumplía 50 partidos en el banquillo del equipo en que se convirtió en leyenda.

La respuesta en la segunda mitad no fue la esperada, sobre todo porque vino desde el desgobierno y la precipitación en el ataque en vez de desde una estrategia clara, y los mancunianos realizaron su segundo disparo a puerta alrededor de la hora de partido. Tenía más peligro sin embargo el Bournemouth, que obligó a De Gea a sacar la mano, el pie e incluso la cadera para mantener a los suyos con vida.

Solskjaer se encomendó entonces a Williams, de 19 años, y Greenwood, de 18 años y responsable de enviar un balón a la madera, y se notó que físicamente los red devils empezaban a pasar por encima a los locales. Aun así el Vitality Stadium resistió y los cherries, que no ganaban desde hacía cinco jornadas, se colocan sextos de forma provisional.