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ENTREVISTA AS

"El Raúl entrenador puede marcar la historia del Madrid"

Jorge Valdano lo ha sido todo en el Madrid. Jugador, entrenador, director deportivo... Fue él quien apostó por Raúl, de manera continuada, cuando sólo tenía 17 años.

Madrid
"El Raúl entrenador puede marcar la historia del Madrid"
Diario AS

Son días en los que la Prensa está salpicada de un hecho que ya es histórico, el debut de Raúl en La Romareda hace ya 25 años. Suena su móvil. Contesta enérgico...

¡De qué toca hablar hoy!

Del momento en el que usted cambió la historia del Madrid.

La historia de Raúl, la del Madrid es difícil cambiarla.

¿Recuerda quién le habló primero de él?

Digamos que le descubrí por mí mismo. Yo todavía estaba en el Tenerife y vine a ver un partido de un equipo Sub-19 del club. Y él entró en los últimos 15 minutos. Era un niño en un mundo de hombres. Me resultó llamativo que corría a todo lo que se movía. Me dijeron que tenía 16 años. Ahí se quedó el impacto inicial.

¿Hubo un reencuentro?

Un primer encuentro. Ramón Martínez me advirtió de que ese chico que me había hecho tanta gracia se quería ir al Atlético, que retomaba el fútbol base…

¿Estaba ya usted como técnico en el Madrid?

Estaba en fase de preparación de la siguiente temporada. En uno de eso viajes míos a Madrid le dije a Ramón Martínez que preparara una reunión con Prosinecki, otra con Zamorano y una tercera con Raúl.

¿Cómo fue ese primer encuentro con él?

Llegó tarde (risas).

¿Tenía excusa?

La típica, lo lejos que estaba su casa y los trenes de cercanías que tenía que coger. Nos vimos en aquellas oficinas que estaban en el Bernabéu, que parecía algo casi clandestino porque estaban en los sótanos…

¿Qué hablaron?

Empecé por la bronca por no llegar a su hora y terminé diciéndole que de ningún modo se podía ir, que yo le veía unas condiciones muy grandes, a la altura del Madrid que estábamos preparando. Y le dije algo de lo que luego me arrepentí.

¿El qué?

Que no me extrañaría si en menos de dos años ya estuviera instalado en el primer equipo. Más adelante, cuando se escribió el primer libro sobre Raúl, él mismo comentó que no se acordaba exactamente del contenido de aquella reunión, pero sí de que le sonó más a una canción que a un discurso… Y se quedó.

¿Ve como cambió usted la historia del Madrid?

Yo me quedé con la sensación de que no tenía que haberle ilusionado tanto. En el fútbol nunca se sabe si puedes cumplir tus promesas, pero tres meses después ya entrenaba con nosotros, y en cuatro, había debutado.

¿En qué contexto?

Yo veía todos sus partidos en el C. Me interesaban Álvaro, Guti… Todos jugadores singulares. Pero Raúl tenía una personalidad muy ambiciosa y daba la sensación de que quería pasar a la historia en cada entrenamiento. Entrenaba a un ritmo descomunal. Imagino que las situaciones personales modelan las personalidades, y Raúl era un tipo que quería desafiar su origen y marcar la historia.

¿Qué se hizo bien con Raúl para que se convirtiera en un símbolo?

Fortalecer la confianza, que es lo que lleva al talento hasta el límite de sus posibilidades. Y trabajar sobre aquellos aspectos que eran mejorables, en el caso del Raúl de entonces, el mejor manejo de la pierna derecha, porque él era muy zurdo, el juego aéreo…

¿Se están haciendo bien las cosas con Vinicius y Rodrygo?

Los jugadores también son hijos de su tiempo, y estamos en una época en la que cada vez es más difícil ser joven. Entonces, sólo había dos extranjeros por equipo, la economía del fútbol no permitía grandes dispendios, y eso me obligó a mirar hacia abajo con más atención de lo normal. Pero creo que, de momento, estos chicos están teniendo oportunidades.

¿Rodrygo ha llegado para quedarse?

Tiene buen cambio de ritmo, una técnica delicada… Juega siempre con la cabeza levantada. Quizá tiene menos potencia que Vinicius, pero un punto más de relajación en el juego que le hace preciso.

¿Y Vinicius?

Ha perdido confianza. No ha encontrado el gol, algo que siempre tuvo en Brasil. Yo creo que lo recuperará en el futuro.

En Zaragoza Raúl jugó titular y todo el partido. ¿Un plan o simple casualidad?

Yo confiaba mucho en el jugador, pero no por eso, sino por el hecho de que siete días más tarde repitió titularidad en el Bernabéu y ante el Atlético, y todo a pesar de que en Zaragoza falló goles increíbles y de que, además, perdimos el partido…

¿Qué se le pasó a usted por la cabeza con esos fallos?

No lo podía creer. Fallaba precisamente en aquello que él era una garantía. No creo que haya habido un partido en su carrera en el que fallara más goles. Ante el Atlético puso las cosas en su lugar, dio un gol, le hicieron un penalti y marcó otro fabuloso.

Una apuesta segura…

Cuatro días antes de Zaragoza me lo llevé a un amistoso por los 75 años del Kaiserlautern.Fuimos a Alemania. Antes del partido nos sentamos en el banquillo mano a mano y le di un sermón de media hora. Le advertí sobre lo que se le venía encima sin tener claro aún que jugaría en Zaragoza. Pero en ese amistoso el equipo tuvo un ritmo muy lento y en el segundo tiempo entraron Amavisca y él, y fue como tocar el sistema nervioso de todo el equipo. Y lo vi claro.

¿Cómo reaccionó Raúl a ese debut con tantos fallos?

Volvimos en autobús a Madrid y allí lo esperaba Fermín, su representante de entonces… Fermín le preguntó: “¿Qué tal Rulo?”. “Bien, genial… pero este cagón no me va a poner el domingo”. ¡El cagón era yo!

Raúl ni se inmutaba...

Y falló en su pronóstico. Es de esos jugadores de una pasta especial. Recuerdo que cuando íbamos en el autobús a jugar el partido quise ir a la parte de atrás para hablar con él, pensando que le estaba metiendo en un lío. Quería decirle que el peso del partido recaía en los jugadores más expertos. ¡Y estaba dormido como un angelito! Siempre pareció que estaba preparado pata todo. Días antes le dije a Míchel que estuviera encima de él, que era muy chico… Y Míchel terminó diciéndome: “Si te descuidas, nos tiene que animar él a nosotros”.

¿Qué no se contó de Raúl?

Que estamos hablando de una inteligencia superior, de un jugador que tenía soluciones para todo dentro del campo hasta el punto de poder ser entrenador dentro del terreno de juego.

¿Y ahora, fuera de él?

Será un gran técnico porque la inteligencia que le sirvió tanto para jugar le va a resultar igual de trascendente para entrenar. No tengo ninguna duda de que ,por carácter e identificación con la afición, el Raúl entrenador puede marcar la historia del club.