Óscar, genética del Leganés importada del Bernabéu
El medio cumple su segundo curso cedido en Butarque. Debutó con el Real Madrid en 2017 en la vuelta de Copa ante el Fuenlabrada.
El 28 de junio de 1998 nació en Los Navalmorales un pepinero. Su familia no lo sabía. Él tardó en descubrirlo. Óscar Rodríguez se creyó siempre madridista. Todavía hoy se define así. Pero resulta que por sus venas también corre ADN Lega. Es un obrero. Un esforzado del balón. Curiosa mezcla ésa en la que el esfuerzo y la calidad no se negocian. Así no resulta llamativo que encajara tan bien desde que aterrizó en Butarque aconsejado por René Ramos y procedente del Madrid. Lo hizo de tapadillo, camuflado a la sombra de otro préstamo, el de Lunin.
Debutó de titular ante el Barça un 26 de septiembre y marcó el gol de triunfo (2-1). En la intimidad reconoce que quizá sin ese tanto no habría gozado de la continuidad necesaria para crecer. Pellegrino creyó en él por su calidad, y su sacrificio y desde entonces lo jugó todo de inicio. Encadenó 28 titularidades con una única excepción copera y ausencias sólo por lesión o sanción.
Por eso la dimisión del Flaco le ha entristecido. Cuenta que el argentino ha sido el entrenador más importante de su carrera. Óscar no reniega de otros maestros. Como Guti, del que confiesa que apretaba a sus discípulos más de lo que él corría como futbolista. O Vallina, un ex del Castilla experto en lanzamientos de falta que le enseñó a depurar este arte, su verdadera especialidad, la misma que se le resistía en la élite hasta el pasado 25 de septiembre, cuando hizo el 1-1 ante el Athletic.
Era su segundo gol de la presente temporada, la mitad de los cuatro que hizo el curso pasado. Ahora es el segundo máximo realizador y el futbolista que más remata de un Leganés en el que es comodín multiusos. Interior, extremo o mediapunta. Versatilidad que también le ha llevado a la Sub-21. Hoy podría jugar de todo eso. Ya sin cláusula del miedo, Óscar espera estar en el prado del Bernabéu, el mismo en el que debutó con el primer partido blanco en Copa ante el Fuenlabrada (2017) y en el que espera vencer a su equipo del alma. Aunque él sin saberlo, naciera con genética pepinera.