La conexión escandinava de la Real Sociedad aúpa a los donostiarras a lo más alto de la clasificación, coliderando LaLiga junto a Barça y Atlético de Madrid. Todo gracias a un pase sutil del noruego Odegaard y a un remate certero del sueco Isak. La jugada llegó en la fase final del encuentro, cuando la Real aprovechó la superioridad numérica ocasionada por la expulsión de Pape Cheikh tras recibir dos amarillas (la primera es dudosa y la segunda, muy clara). La roja al mediocentro, que iba a ser sustituido cuando se produjo la acción, acuchilló a un Celta que había sido superior, sobre todo en cuanto a ocasiones, hasta ese momento. Santi Mina fue el protagonista absoluto de la primera parte, con dos cabezazos al limbo. El primer testarazo acabó en la madera y el segundo, por encima del larguero, desaprovechando una oportunidad inmejorable para alojar el cuero en la red. Y aún dispuso Mina de un tercer remate en el primer acto, pero su potente disparo lo desvío Monreal para alivio de Remiro.
La Real estaba incómoda y el Celta crecía con el paso de los minutos, por eso Oyarzábal lo intentó de lejos para corroborar que Rubén Blanco estaba en el césped. Sin embargo, el mejor aliado de los realistas fue Pape Cheikh, muy imprudente con amarilla. El Celta se quedó con diez y fue entonces cuando la Real puso la directa hacia la victoria. Hasta que llegó la conexión escandinava, suficiente para triunfar en Balaídos y verse en lo más alto de LaLiga. Escribá queda tocado por el resultado, aunque el equipo dio mejor imagen. El técnico valenciano se queda sin margen de error.