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OSASUNA - VALENCIA

Rodrigo amenaza esta noche el récord de Osasuna en El Sadar

Los rojillos suman 29 partidos sin perder en su feudo. El Valencia recupera a Rodrigo Moreno tras perderse los dos últimos partidos por el virus FIFA.

Los jugadores del Valencia realizan ejercicios durante el entrenamiento de ayer.
ALBERTO IRANZODIARIO AS

Osasuna está a 90 minutos de igualar un récord que data de 1958. En concreto del 14 de diciembre de aquel año. Aquel día Osasuna venció a la Real Sociedad (2-1) en el estadio de San Juan, que fuera su casa desde 1922 hasta 1967, y sumaba así su 30º partido consecutivo como local sin conocer la derrota. Ahí se quedó la marca, porque al siguiente partido en Pamplona el Athletic ganó por goleada (1-8) y esa cifra de 30 partidos sin perder es la que igualará el equipo de Arrasate si gana o empata al Valencia de Celades (sigue el encuentro en directo en As.com).

Los blanquinegros tienen presente que Osasuna no pierde en El Sadar desde el 1 de abril de 2018, siendo el Tenerife el último agraciado en llevarse los tres puntos de una tacada. Pero a su vez los blanquinegros se aferran a que con Celades, a excepción del partido en Lille y aún así allí no perdieron, están dando la talla a domicilio (Chelsea, Athletic o Atlético dan fe). Además el Valencia recupera a Rodrigo Moreno tras perderse los dos últimos partidos por el virus FIFA. Rodrigo, obviamente, es la principal amenaza para el récord de Arrasate, aunque no la única novedad en el once che. Celades echará mano de rotaciones y le llega la hora de volver a la titularidad a pilares como Carlos Soler o Gayà.

Osasuna recibe al Valencia con un ojo en el récord y otro en el descenso. Tan cerca está de hacer historia como de meterse en problemas. Los rojillos suman solo una victoria en las últimas ocho jornadas y con empates no se sale de pobre en esta Liga. Arrasate afronta este encuentro con bajas importantes, como las de los lesionados Roncaglia y Rober Ibáñez y sobre todo la del sancionado Mérida, un futbolista "diferente" en opinión de su propio técnico y sin el que pierde claridad de ideas.