El Barça, ni rosa ni negro
Suma seis triunfos seguidos (Villarreal, Getafe, Inter, Sevilla, Eibar y Praga) y es líder en España y Europa, pero teme otra hecatombe en Europa.
Las portadas de la prensa de Barcelona son un buen termómetro este jueves de la extraña victoria en Praga. Mundo Deportivo vio un triunfo "sin feeling", mientras que Sport considera que el Barça va "lanzado". Para L'Esportiu fue "un paso de gigante", pero se admite que los de Valverde "sufrieron demasiado". Es un símbolo de cómo ver al Barça el día después del triunfo contra en el Sinobo Stadium.
El vaso se puede ver medio lleno. El Barça ha ganado sus últimos seis partidos ante Villarreal, Getafe, Inter, Sevilla, Eibar y Praga. Se ha puesto líder de LaLiga justo antes del aplazamiento del Clásico y ha encarrilado su clasificación para los octavos de final de la Champions. Encabeza su grupo con siete puntos frente a los cuatro de Inter y Dortmund. Por el camino, Messi ha terminado su pretemporada y, pese a no terminar de estar brillante en Chequia, ya le gana partidos al Barça. Griezmann empieza a entrar en el sistema y se asienta en cierto modo el centro del campo Busquets-De Jong-Arthur.
Pero si se pone la luz larga, el Barça emite alguna señal preocupante en Europa. Intocable en LaLiga cuando se pone a la faena, da la sensación de que cada actuación como visitante en la Champions es una pesadilla. Por momentos, fue zarandeado en Praga contra un equipo muy limitado. Especialmente feos para la imagen del equipo fueron los últimos minutos, en los que Piqué, Rakitic, Vidal o Lenglet tuvieron que ir por el suelo a sacar disparos de los checos. El Barça fue reducido a la condición de un equipo más por el Slavia y, almacenadas las experiencias de París, Turín, Roma o Liverpool, resultó imposible no trasladarse a una eliminatoria de cruces y volver a ver al Barça sufriendo y cayendo a lo grande.
Ter Stegen sigue salvándole partidos al Barça. "Tenemos que hablar", dijo con sinceridad el portero alemán al final del partido en el Eden Arena. Seguramente, desde su portería el alemán vio mejor que nadie que Piqué pareció lejos de su mejor momento de forma y exhausto; que Lenglet y el central catalán sufren mucho en balones frontales largos. También que al Barça le cuesta agarrar por la solapa los partidos porque Busquets (tercera sustitución en tres partidos de Champions) no puede tapar ya tantas vías de agua cuando Messi y Suárez descuidan el trabajo defensivo y los otros dos interiores pierden la concentración. El Barça necesita urgentemente endurecerse a nivel defensivo si quiere volver a volar en Europa. Cada partido le manda un aviso y su historial en Europa en los últimos años le precede.
Nadie puede obviar, sin embargo, que ganar fuera en la Champions no es sencillo y que el Barça ha salido sano y salvo de Dortmund y Praga. Sin control, pero sin daños. Y un dato que Valverde debe tener muy presente. A día de hoy, y desde que llegó al Barça, sólo ha perdido dos partidos en Europa. Pero fueron Roma y Liverpool. La vida para el Barça, pues, no es de color de rosa. Pero tampoco negro.
