El Oviedo impone su pegada
Los azules, con uno más desde el minuto 16, logran la primera victoria del curso en casa ante un peleón Girona.
El Oviedo de Javi Rozada sigue su reacción imparable y, tras su primera victoria del curso en el Tartiere, encadena cinco partidos sin perder y saca la cabeza de la zona comprometida. El triunfo, 4-2, llegó en un entretenido choque de toma y daca, con dos equipos más pendientes del arco rival que de guardar las espaldas. El Oviedo, con un jugador más desde el minuto 16, pegó más fuerte que el Girona: 4-2.
El partido empezó eléctrico. Gallar y Gual merodearon la meta de Champagne antes de que el Oviedo diera primero. Fue una perfecta actuación coral: Borja abrió a Nieto, que encontró a Sangalli en el área. El centro del extremo fue empujado por Ortuño a la red. Solo habían pasado 8 minutos.
El Girona no le perdió la cara al partido a pesar del golpe y Alcalá pudo igualar en un rechace. A los 16 minutos, una acción condicionó el choque, Granell vio dos amarillas en apenas dos minutos. La sensación es que en la segunda acción le sobró ímpetu. El Girona se vio obligado a dar un paso atrás y cederle la iniciativa al Oviedo, que fue creciendo en el terreno de juego, en especial cuando Borja y Berjón se encontraron. Sangalli, desde la otra banda, fue un verso suelto que siempre desestabilizó a los catalanes. Se vio en el segundo tanto azul. Berjón le robó la pelota a Juanpe en la salida, Sangalli condujo hasta la frontal y sirvió a Ortuño, que no desaprovechó el servicio (33’).
El Girona, entonces sí, pareció noqueado. Dos goles por debajo y un jugador menos parecen suficientes argumentos para dejarte KO. Pero contar con la plantilla más ambiciosa de Segunda ofrece atajos. Stuani cazó un balón sin dueño en el área justo antes del descanso para batir por bajo a Champagne y dejar el partido abierto.
El paso por los vestuarios trajo a un Girona más atrevido. Avisó de que era un equipo nuevo a balón parado, pero entre Lolo y Champagne neutralizaron el remate de Alcalá. La primera vez que se estiró el Oviedo, encontró premio. Berjón puso un caramelo en la frontal y Borja aseguró con el interior, directo a la red.
El 3-1 ponía un mundo entre ambos equipos, pero el Oviedo le sigue faltando aprobar la asignatura de domar los partidos. Por eso, el duelo siguió siendo de ida y vuelta. No fue hasta el 83' cuando el Girona regresó al partido. Juanpe tocó un córner y Gual remachó a la red. Y pudo obtener mejor renta si Stuani, a los 88 minutos, acierta en un remate franco en otro córner. La sentencia la puso Bárcenas, en el último suspiro, definiendo una perfecta contra.