FIFPro recuerda: el 42 por ciento de las futbolistas no cobra y más de la mitad no tiene contrato
El último informe desvela la situación de las mujeres en el fútbol en el mundo: condiciones precarias, ausencia de protección legal y una gran brecha respecto a los hombres.
El fútbol femenino está en pleno apogeo, pero las condiciones de sus jugadoras aún distan mucho de las de sus homólogos. Una situación que FIFPro recogió en su último informe ‘Condiciones laborales en el fútbol femenino profesional’ que recoge datos de 2017.
Sólo una de cada 100 futbolistas gana 8.000 euros o más al mes, una cifra a la que en el caso de los hombres hay que añadirle tres ceros más. Los datos salieron de una encuesta realizada entre 3.600 futbolistas de todo el mundo que participan en las ligas de sus países o con sus selecciones.
Los datos arrojaron una realidad sonrojante: el 42 por ciento de las encuestadas no cobraba nada en ese momento, sólo el 47 por ciento tenía un contrato laboral y el 17 por ciento sufría retrasos en los pagos, algunas de más de 12 meses.
De las que cobran, el 60 por ciento perciben hasta 544 al mes, el 30 por ciento entre 544 y 1.813 euros y solo el uno por ciento 8.000 euros o más. Esta situación provoca un grado de insatisfacción considerable de las mujeres futbolistas respecto a los salarios que perciben. El 40, 1 por ciento no están nada satisfechas. En el otro extremo, sólo 2,5 por ciento dice estar muy satisfecha.
Según FIFPro, la situación profesional de las futbolistas deja mucho que desear: “Las jugadoras son tratadas como aficionadas, a pesar de tener compromisos 'profesionales', lo que significa que no se les otorgan los beneficios y protecciones necesarios. Del mismo modo, muchas jugadoras de élite no reciben los beneficios apropiados, incluso cuando son tratadas como profesionales”.
España intenta desde hace un año ponerse a la cabeza en la regulación de las futbolistas profesionales mediante la esperada firma de un primer convenio colectivo que regule la situación laboral de las jugadoras (salario mínimo, jornadas laborales, bajas, maternidad...), un hito al alcance de grandes potencias como Estados Unidos.
En 2017 el equipo nacional femenino de Estados Unidos y su federación ratificaron un nuevo acuerdo. En él se incluyó un compromiso de la federación para pagar los salarios de las jugadoras de la Selección que jugaran en la liga profesional estadounidense. También acordaron un aumento significativo de las dietas y mayor apoyo financiero para las jugadoras embarazadas o en proceso de adopción.