El español Agustín Lleida, el principal culpable del éxito de Alajuelense
El español ha reestructurado el modelo de cantera y sus decisiones como director deportivo han llevado al primer equipo a liderar el campeonato costarricense.
El despertador de Agustín Lleida (Monzón, 1985) suena todos los días a las 5 de la madrugada. “En Costa Rica amanecemos pronto por el calor. A las 7 estamos desayunando en la ciudad deportiva y a las 8 es el entrenamiento del primer equipo”, relata tras casi una década en Centroamérica. Primero como director del departamento de preparación física de Pachuca, con el que ganó un Clausura y una Liga de Campeones de la CONCACAF que le permitió participar en el Mundial de Clubes de 2017, y ahora como director deportivo de Alajuelense, un gigante dormido que ha confiado en el español la reestructuración del fútbol base y el porvenir del primer equipo.
“Conocí a Marco Garcés en Inglaterra y en 2011, cuando le contrataron para reestructurar Club Pachuca, me llevó con él. Cambió el modelo de negocio y el Grupo pasó de tener un equipo a ser propietario de cinco en México, Chile y Argentina. Remodelaron la cantera y en siete años obtuvieron más de 100 millones de dólares en jugadores. Yo estuve presente en todo ese cambio y Alajuelense, que quería hacer algo parecido, me fue a buscar a México. Aún no sé a través de quién ni cómo”, detalla Agustín Lleida, cuyo trabajo en Costa Rica empieza a dar sus frutos.
Los inicios no fueron nada fáciles. Antes de dar el salto al primer equipo, Agustín Lleida se encargó de reestructurar el fútbol base. “Estuve un año yendo y viniendo de España cada 15 días. Lo primero que dije es que había que construir un colegio. Llegamos a un acuerdo con el Ministerio de Educación y fundamos una escuela para que nuestros jugadores pudieran formarse dentro de la ciudad deportiva. Montamos la primera residencia y estructuramos una red de ojeadores por todo el país”. Hasta ahí bien. “Como empezamos a fichar a jugadores de toda Costa Rica, empezaron a llegar a la residencia futbolistas más talentosos de los que ya había, por lo que tuvimos que dar de baja a 70 de los 180 chavales que teníamos en la escuela. También nos desprendimos de ocho entrenadores y todos los preparadores físicos. Se formó un lío tremendo porque nadie había presenciado antes una reestructuración tan severa”.
A pesar del escepticismo, la afición de Alajuelense fue consciente de que su club necesitaba un cambio y los resultados comenzaron a dar la razón a Lleida. Fue entonces cuando el español obtuvo también las llaves del primer equipo, dejando la cantera en manos de su compatriota Vidal Paloma. “Es el año del centenario y me ofrecieron unificar todo lo que estaba creando en la cantera con el equipo de Primera División”. La reestructuración, como cabía esperar, también fue drástica. “Dimos de baja a varios jugadores, entre ellos dos capitanes. Traje a un cuerpo técnico con el que había trabajado muchos años en Pachuca y fichamos a jugadores jóvenes y experimentados. Se montó un lio tremendo y eso hizo que la presión fuera enorme. Intenté hacer ver a la gente que cuando haces muchos cambios es difícil obtener resultados inmediatos, pero son muchos años sin ganar y eso se traduce en frustración”.
Por suerte, Alajuelense lidera la tabla de la Primera División de Costa Rica con 12 puntos de ventaja sobre su máximo rival, Saprissa, al que se impuso 2-5 en la última jornada: “La gente lo celebró como un título”. El equipo manudo marcha a ritmo de crucero, aunque para acabar con seis años sin títulos aún tendrá que imponerse en el ‘playoff’. “La superioridad es clara, pero aún no hemos ganado nada. El formato de liguilla puede parecer injusto, pero a mi me gusta más porque favorece la venta del producto. En Europa hay ligas que acaban en abril. Eso no pasa aquí porque, aunque seas muy superior en la fase regular, los ‘playoffs’ finales son otra historia”, valora Agustín Lleida.
A pesar de vivir “muy a gusto” en Centroamérica, Agustín Lleida reconoce echar de menos un país tan “espectacular” como España. “El objetivo en Costa Rica es convertir a Alajuelense en un club autosuficiente que pueda seguir perteneciendo a su gente 100 años más”. Después llegará el momento de regresar a casa. “Tuve contacto con el Huesca el año que subieron a Primera. Ahora están intentando llevar a cabo un modelo parecido al nuestro, con su propia ciudad deportiva y una residencia para los jugadores. Yo soy de allí, de Huesca, y seguro que en algún momento tengo la oportunidad de trabajar en casa”, sentencia.