Roberto Rodríguez: "Oblak ha recuperado cosas olvidadas"
Roberto Rodríguez, exportero de Primera, es maestro de cancerberos en la Federación de Fútbol de Madrid y profesor de entrenadores. Analiza técnicamente al meta esloveno.
¿Qué le pareció la última doble parada de Oblak?
Cuando Krychowiak remata y Oblak pone de manifiesto su gran capacidad de reacción, una velocidad muy alta, en muy pocas décimas de segundo, al tiro. El remate es muy complicado por la proximidad del jugador y por la precisión del centro. Oblak se lanza, pero lo más importante ahí fue la fuerza que desarrolló en el antebrazo y la mano para no vencerse. El bote es una complicación enorme. El despeje es correcto, lateralizado, pero le vuelve a Krychowiak. Oblak se reincorpora rápidamente a posición básica y, desde ahí, reduce el ángulo de nuevo tirando de capacidad de reacción, dejando sin ángulo a Krychowiak.
Oblak se ha especializado en ese segundo esfuerzo.
Los porteros hemos estado siempre acostumbrados a una primera acción seguida de una segunda. Como mucho puede haber una tercera. Una cuarta es casi imposible. Por eso uno de los elementos básicos del trabajo del portero es la reincorporación una vez que no te has hecho con el balón. Las acciones defensivas del portero se dividen en las de recuperación de la posesión y las de no recuperación. En esa jugada encadena un desvío y un rechace, pero Oblak si por algo se caracteriza es por haber recuperado el blocaje. No es nada fácil que un jugador de ese tamaño, con esa masa corporal y esa envergadura sea tan reactivo. Eso es una mezcla de capacidades innatas y de trabajo. Pero, insisto, lo mejor de Oblak es que ha devuelto al oficio de portero elementos técnicos que habían caído en desuso, casi olvidados.
¿A qué se refiere?
Últimamente se venía buscando más la eficacia que la técnica tradicional. Oblak, entre otras, ha devuelto el blocaje como primera opción. Segundo, el dominio del juego aéreo y, por último, el intentar cortar el balón cuando hay un centro lateral raso. No deja que la pelota recorra el área pequeña de un lado al otro. Para mí es el mejor del mundo hoy en día. Técnicamente está un escalón por encima. Lo único que no se puede analizar con criterio es su juego con los pies porque en su equipo no se le exige. Aunque cabe recordar que el portero no juega al fútbol realmente, su técnica a dominar es el control y el pase. Yo considero que Oblak también lo tiene, sin ser Ter Stegen o Neuer, que se prodigan en esa faceta. Parando Oblak es el número uno. Lo dicen los números y daría igual el equipo en el que jugara, fuera más o menos abierto, porque es un portero muy reactivo con un dominio corporal sobresaliente. Ter Stegen, Neuer, Courtois, Keylor… Son muy buenos, pero a Oblak le veo algo distinto. No le ves flaquear en nada.
Hablaba del centro lateral raso. Eso es asumir riesgos.
Efectivamente. Lo más complicado para un portero, también en el juego aéreo, es el cálculo de las trayectorias y el de Oblak es asombroso. Lo domina y tiene la convicción de que el evitar una segunda acción beneficia al equipo. Eso conlleva riesgos, pero cualquier jugador los tiene que asumir y él los minimiza. No le recuerdo un gol encajado por el palo que cubre, lo cual habla de su dominio, pero es que además evita con su intervención la segunda acción, que en realidad es un riesgo posterior. Evidentemente no te vas a equivocar si dejas pasar la pelota a ver qué pasa, pero así no ahorras al equipo de la jugada posterior. Este detalle había caído en el olvido. La parada que Oblak hace a Krychowiak es enorme, pero hay cosas de él que se valoran más técnicamente. Él arriesga, él sale de la jaula. Pone en juego su físico. Si un portero no asume sus riesgos, si hacemos que tema enfrentarse a ese cálculo de trayectorias, limitamos su capacidad para influir en el partido, la posibilidad de reducir el juego en ataque del rival. Es que así incluso evitas desgaste físico a tus compañeros. Eso lo consigue Oblak.
Desde fuera queda siempre su imagen de frialdad, de no caer nunca en el descontrol.
Ha llegado a un estatus donde un error es una cosa con la que se convive perfectamente. Le recuerdo en sus primeros partidos, alguna situación donde se le vio algo más nervioso, pero era normal, acababa de debutar. En realidad un jugador no es frío ni caliente. La diferencia es el control de las emociones y él lo hace muy bien. Él lo que transmite es seguridad, no frialdad. Es común en los porteros top. Mire también a Ter Stegen. Es un puesto muy expuesto y el control de las emociones es vital. Yo diría que la diferencia entre la élite y el resto, en un porcentaje muy alto, está en las capacidades psicológicas que tenga. Aguantar esa presión de ser una parte muy importante de lo que le pueda suceder a su equipo. Y Oblak es un tipo tranquilo que casi a diario tiene dos o tres actuaciones trascendentales, eso es muy difícil y tardaremos en volver a verlo. Hoy por hoy su valor de mercado debe ser casi como el de las grandes estrellas porque los puntos que te va dando son muchísimos.
Es un digno sucesor en el Atlético de su padre, de Rodri.
Lleva cuatro Zamoras seguidos. Las épocas no son comparables. Mi padre jugó en una, ganando tres ligas y una Copa, y Oblak vive otra diferente en el Atlético. Pero sí que les puede unir que Oblak es un portero muy clásico. Yo crecí con Zoff, Arconada, Miguel Ángel… Compartí portería con Ablanedo en el Sporting. Lo curioso es que Oblak tiene la capacidad de reacción de un portero de menor estatura, domina facetas que a los porteros de grandes envergaduras les cuesta dominar.