Debate abierto por la posición de Griezmann en el Barça
El francés se mordió los labios cuando le preguntaron si se vería mejor en la derecha y a Valverde se le vio entre incómodo y molesto cuando se le preguntó por el asunto.
"Buena pregunta". La respuesta de Griezmann cuando el periodista Jordi Grau de TV3 le preguntó si su rendimiento aumentaría si jugase acostado a la banda derecha dejó en evidencia que el francés tampoco se siente extremadamente feliz en la posición que le ha asignado Valverde en el campo en el principio de temporada y de la que parece condenado a no salir cuando vuelva a Messi. "Hay un míster, una táctica, y ya está", zanjó Griezmann dejando un latiguillo ("qué respuestas más aburridas doy") en el que daba a entender que le gustaría explicarse más y reivindicar que el sitio donde más cosas puede dar en el campo es otro, pero que renuncia a hacerlo por el bien del grupo. A Valverde tampoco se le vio cómodo con el asunto. Dos preguntas en la rueda de prensa también fueron por ahí. "Es delantero", quizo zanjar el Txingurri, que antes ya había dicho: "En la izquierda lo veo bien".
Si los hombres de fútbol suelen quejarse porque en las salas de prensa se habla de todo menos de eso, este debate sí es puramente futbolístico. Y está sobre la mesa desde que empezó a rumorearse que Griezmann podría llegar al Barcelona. Un jugador que empezó como extremo en la Real pero que en los últimos años había establecido su puesto como delantero o segunda punta por detrás de jugadores de referencia como Diego Costa en el Atlético de Madrid o Giroud en la selección francesa, iba a verse obligado a moverse para no invadir el puesto ideal de Messi. Así ha sucedido.
Griezmann ha jugado como delantero mientras no ha estado Suárez (en la gira de Japón o en su ausencia en los partidos de Liga ante Betis, Osasuna y Valencia), pero en cuanto el uruguayo ha estado sano ha sido desplazado a la izquierda. Es cierto que el francés tiene tendencia a meterse al centro y llegar a gol, pero parece algo arrinconado en esa posición y se le ve más cómodo cuando sale de ahí. Además, Valverde no ha querido probarlo caído a la banda derecha, donde podría tener más perfil de disparo cuando se acercase al medio. Sin duda, aguarda el regreso de Messi y no quiere invadir los espacios del argentino.
La esperanza de Valverde está basada en la obediencia de Griezmann, un jugador con muy buen sentido táctico capaz de hacer lo que pide el partido y el equipo en cada momento. El francés, de momento, está mirando más por el colectivo que por él y ha demostrado que tiene cualidades para asociarse, dejar el carril libre al lateral (Alba y Junior) y pisar área pese a que su posición de partida es lejana a la portería. Se diría que incluso falta que sus compañeros lean muchos de los desmarques al espacio que hacen, muchos de los cuales acaban en el limbo por falta de entendimiento. La cuestión es si de un fichaje de 120 millones de euros no es obligatorio exprimir hasta la última gota de leche. Da la sensación de que, por más que de momento esté cumpliendo, aparcado en la izquierda no se explotan todas las condiciones de Griezmann. Por eso el debate está en la mesa.
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