Courtois toca fondo
El Bernabéu le pitó antes de ser sustituido "por problemas estomacales". Esta Champions es invisible: ha encajado cinco goles en sólo ocho disparos. Areola aprieta...
Courtois no tiene ángel. Ése que se le exige, casi por contrato, a un portero del Real Madrid. Intangibles divinos que el belga va a necesitar si quiere perpetuarse en la portería madridista. Ayer abrió una caja de Pandora, la de los pitos del Bernabéu, se fue al descanso "mareado" (según el club, "por problemas estomacales") y Areola le sustituyó con una parada milagrosa que evitó el 0-3 como no se le recuerdan al Courtois madridista. Thibaut ha tocado fondo.
Le ha alcanzado no sólo un virus gástrico, también una paranoia habitual en muchos futbolistas de élite. Cuando caen chuzos de punta se refugian en sí mismos y en su corte. "La gente y la Prensa matan a la gente muy rápido, yo sólo me quedo con las críticas de la gente de fútbol, que es la que sabe de qué va esto...", se afanó tras no recibir gol en el Wanda Metropolitano. Traducido: no acepta críticas.
No es, pese a todo, algo nuevo. La temporada previa a llegar al Madrid encajó un 3-0 en el Camp Nou con el Chelsea, con dos goles de Messi entre sus piernas, y de aquello salió alegando a la misma supuesta manía persecutoria: "No escucho a aquellos que quieren destruirme". Ayer no habló porque salió del coliseo blanco en el asiento del copiloto, al no poder conducir. Un problema físico del que no se informó antes del partido ni tampoco pidió el cambio durante esa primera mitad infausta...
Sus números son flojos
"Thibaut tiene que estar como los tres últimos partidos, él también lo quiere hacer bien", fue lo más que se le pudo sacar a Zizou en tres preguntas sobre su portero titular. Lo medible, pesable y cuantificable es que Courtois ha recibido 59 goles en 44 partidos como madridista (1,34 de promedio). En Europa, donde Keylor se crecía dos palmos, el belga está siendo invisible. Viene de recibir cuatro del Ajax, tres del PSG y dos del Brujas. En esta Champions, esos cinco goles encajados le vinieron con sólo ocho disparos rivales entre los tres palos.
En Twitter hubo unos minutos anoche en que eran trending topic dos términos: #Courtois y #EuropaLeague. Son ahora mismo dos preocupaciones para el madridismo. No lo es, paradójicamente, el hombre que llegó condenado a ser el suplentísimo. Areola sí ganó esos dos palmos keylorianos y a Dennis cuando tuvo en sus botas el 0-3, que era un disparo al corazón blanco, se le hizo de noche. Ser portero del Madrid no es fácil.