Un Pochettino en crisis recibe al Bayern Múnich en Londres

Cuatro meses después de llevar al Tottenham a la final de la Liga de Campeones se duda del futuro de Mauricio Pochettino. Pero, ¿quién lo duda? El club, no. Los jugadores, tampoco. Su cuerpo técnico no se ve en otro sitio. El propio Mauricio, tras un verano intenso donde seguramente casi todas las posibilidades se le pasaron por la cabeza, intenta atraer el rebaño, la idea, a su redil para que todos canten desde la misma partitura, y no piensa bajar del barco. ¿Entonces? Se ha instalado en los medios de comunicación la idea de que algo va mal en el Tottenham y de ahí a imaginarse lo peor va un paso. Está de moda hablar de la crisis de los Spurs y hasta se especula con su sustituto para la próxima temporada… y estamos en septiembre.

Tres victorias en ocho partidos oficiales sugieren dificultades, pero nadie se para a pensar que lo de ganar todos los partidos sólo lo hace el Liverpool o el City. Y este año ni el City. El equipo corre un poco menos, está un poco menos intenso, presiona un poco menos, pero nada nace de la nada: la prioridad del club es pagar un estadio y no se aparta un milímetro de esa idea. Como consecuencia, la plantilla no se ha renovado tanto como debería. Pero el equipo sigue compitiendo. Ante el Southampton en casa y con diez, convirtió un 1-1 en una victoria revitalizante.

El Bayern, que empezó titubeante pero ya lidera la liga y que venció claramente al Estrella Roja, no ha perdido en los últimos nueve partidos fuera de Champions y marca con facilidad (19 tantos en 6 partidos de la Bundesliga, 10 de ellos de Lewandowski). Huele a partido grande.