Empate a golpes en el Tartiere
Oviedo y Zaragoza se reparten los puntos en un atractivo choque.
El Zaragoza quiso la pelota y el Oviedo, los espacios. Los dos vivieron de lo suyo, noquearon al rival por momentos y tuvieron sus opciones. Del choque frontal entre los dos estilos salió un atractivo encuentro, un duelo valiente. Un 2-2 que satisface más al cuadro maño, aún invicto, que a los azules, que se mantienen colistas.
Optó Rozada por ponerle más picante a su propuesta con Joselu cerca de Ortuño. Se trataba de aprovechar el trabajo del andaluz y que se moviera entre líneas, fuera de los radares del Zaragoza. En los maños, dosis de la medicina habitual: una propuesta que mira al arco rival, con Eguaras y Kawaga de faro.
El choque fue movido desde el primer latido. Antes de los dos minutos, el Tartiere estalló. Berjón retó a Delmás y le ganó por potencia de motor. Centró hacia la zona de Joselu, que dejó pasar entre las piernas. Asistencia pasiva. Ortuño hizo lo suyo, para lo que se le contrató: mandar la pelota a la red.
El tanto espoleó a un Oviedo necesitado de mimos en un pésimo inicio de campaña. Pero enfrente tenía un equipo maduro. Pocas cosas parecen alterar a este Zaragoza. Intentaron los maños responder con el dominio de la pelota y poco a poco se fueron acercando a las tierras de Champagne. Tejera llegó a tiempo de tapar un disparo de Guti antes de una ocasión nítida: Grippo controló en el área pero su definición se fue a las nubes. Más tarde fue Kawaga el que continuó con la ofensiva, pero su disparo desde cerca encontró la ágil respuesta de Champagne.
Hacía tiempo que la pelota era del Zaragoza, pero el Oviedo se reservaba el derecho a protestar a la contra. La más clara local llegó a la media hora. Berjón lideró la contra y cedió a Joselu. Cristian salvó el tanto poniendo el cuerpo entre la pelota y la red.
El equilibrio de fuerzas, cada uno con su propuesta, dibujó un partido de acción, a pecho descubierto. Pero faltaba un elemento por entrar en escena: los errores infantiles que tanto daño le están haciendo al Oviedo. A los 35 minutos, Christian quiso salir con la pelota controlada en una zona peligrosa. Correteó por un campo de minas. Perdió la posesión en su área y Tejera, en su intento por recuperarla, cometió penalti sobre Luis Suárez. El delantero no falló desde los once metros.
El paso por el vestuario sirvió para serenar a los azules, excesivamente nerviosos tras el empate. Quiso el Oviedo dar un paso adelante y encontró pronto el premio. A los 52 minutos, Atienza chocó con Ortuño. De primeras, nada para el colegiado. Tras la revisión en el VAR, penalti. Ortuño hizo el 2-1.
Se estiró de forma descarada el Zaragoza y volvió el Oviedo a disfrazarse de peligroso equipo a la contra. Víctor dio entrada a Pombo y obtuvo recompensa. Una asistencia del atacante la culminó de forma sutil Luis Suárez para volver a igualar.
El tanto volvió a agitar el choque, que hasta el final no se pausó ni un momento. Borja tuvo la más clara para los carbayones en una contra y Champagne despejó como pudo el enésimo rebote en el área. El 2-2 sirve para confirmar las dinámicas. El Oviedo, aunque mejora, sigue sin ganar. El Zaragoza, pasito en corto, no detiene su marcha.