Ortuño-Luis Suárez, duelo de artilleros en el Tartiere
El Oviedo, colista con sólo dos puntos, busca su primer triunfo ante un Real Zaragoza invicto.
El Oviedo y el Real Zaragoza ponen sobre el césped del Tartiere sus opuestas dinámicas en un choque con sabor a urgencia para los locales. Llegan los aragoneses invictos y anclados a la zona noble y tratan los asturianos de abandonar la condición de colista y sumar su primer triunfo.
Rozada ha dispuesto de una semana completa de trabajo para tratar de plasmar su sello en un equipo que necesita un fuerte trabajo mental. Es colista por méritos propios y el primer paso pasa por lavar la mente. Por eso es tan necesario el primer triunfo de la temporada. Para lograrlo, el técnico ha empleado la semana en trabajo táctico en El Requexón. El 4-2-3-1 parece el sistema marca de la casa, pero la duda reside en los nombres elegidos para defenderlo. El entrenador ha admitido que habrá cambios, y Sangalli será uno de ellos, aunque no se esperan revoluciones respecto a lo visto en Ponferrada.
Por su parte, el Zaragoza afronta el partido sin ningún tipo de confianzas y muy consciente de la que la clasificación del Oviedo es absolutamente coyuntural. “Ellos tienen mucho más fútbol y recursos individuales de lo que han mostrado hasta ahora”, recalcó con especial énfasis Víctor Fernández.
Es segura la presencia del Delmás en el lateral derecho por el lesionado Vigaray, una ausencia muy relevante por su seguridad y contundencia, y está en el aire cómo Víctor soluciona la nueva ausencia de James en la medular y si modifica o no su disposición táctica habitual en rombo y pasa a jugar con tres centrales (Grippo, Atienza y Clemente) para frenar el poderío aéreo del rival. El técnico no suelta prenda, pero ha dejado entrever un posible cambio de sistema.