INGLATERRA
La Premier pasa del 'Fergie Time' a la era de los récords
La rivalidad de récord entre Liverpool y Manchester City es heredera de las ligas españolas de los 100 puntos. Algo está cambiando en Inglaterra.
Este domingo Eddie Jones, entrenador de la selección de Inglaterra de rugby, apeló al espíritu del Fergie Time para explicar el triunfo de los suyos frente a Tonga en el mundial. Hacía tiempo que no se escuchaba el término por las islas británicas. En corto: se dice que el escocés, supuestamente, presionaba al árbitro para que diese más tiempo añadido cuando el United necesitaba marcar. Los diablos rojos sabían aprovechar esos minutos de más y lograban victorias de leyenda. Era el Fergie Time, para unos el epítome del pragmatismo tirano del equipo de Ferguson, para el bando perdedor un agravio. Un término de doble uso, válido para vencedores y vencidos, un “Así gana el Madrid” a la inglesa.
Jones nació en Tasmania, Australia, pero como cualquier adepto a la Premier con un poco de memoria maneja en su repertorio la consigna acuñada durante la era de Alex Ferguson. Pero el concepto ya no se escucha. No está Ferguson, cierto, y el United ha perdido el poder de invocar a la épica, pero lo del Fergie Time había quedado instaurado como un lugar común para referirse a un partido gordo resuelto en el añadido. Una broma de pub, un guiño kitsch. El vocablo está en desuso y corre el peligro de empezar a sonar tan polvoriento como un “guay del Paraguay” en un grupo de Facebook llamado “Yo también fui a la EGB”, porque los actuales contendientes al título ya no precisan de Fergie Times ni de historias. Con 90 minutos exactos les sobra.
El relato de la épica, en el que se circunscribe como anillo al dedo el Fergie Time, está sucumbiendo ante la narrativa de los récords. Dentro de unos años la batalla por el título entre el Manchester City y el Liverpool se revisará desde muchos vértices, pero uno de ellos será el de la normalización de hechos extraordinarios. Es cuestión de que un periodista de cierto talento ande vivo y acuñe antes que nadie un eslogan para esta era.
La pasada campaña el Manchester City ganó la Premier League con 98 puntos, lo que no obstó para que el proceso fuese agónico, obligado como estuvo a ganar al Brighton & HA en la última jornada para revalidar el título de liga. El Liverpool hizo 97. El estrés al que ambos equipos se indujeron fue recíproco, pero en la mayoría de las ocasiones se manifestaba durante la espera hasta la disputa del partido propio. En los 32 partidos que ganó el Manchester City para coronarse campeón no precisó del tiempo añadido en ninguno. Estuvo únicamente ¡132 minutos! por detrás en el marcador. El Liverpool, segundo, pasó 169 minutos a remolque. Otra nimiedad. Perdió solo un partido. Y fue contra el City. “Fergie Time? ¿A mí?”.
Una liga polarizada.
Es la polarización, y no la igualdad, la característica que mejor ha venido definiendo la Premier League al cierre de esta década. Entre 2016 y 2019 el ya denominado Big6 (Arsenal, Chelsea, Tottenham, Liverpool y los dos de Mánchester) enlazó tres campañas acabando entre los seis primeros de la clasificación y a su vez seis temporadas arramplando con todos y cada uno de los títulos coperos (FA Cup, Copa de la Liga y Community Shield).
Las últimas 19 copas entregadas en Wembley, donde se juegan las finales en Inglaterra, han sido para alguno de los seis grandes. El Manchester City se ha llevado las últimas cuatro. Se siguen dando resultados inesperados, pero es raro que un equipo de menor categoría surque el cuadro hasta la final. El manoseado mantra The magic of the FA Cup, solución retórica para cuando un matagigantes da la campanada, gancho mediático para anunciar partidos de copa, suena hoy como el somnoliento reclamo de un taquillero con la tráquea cascada tratando de vender las últimas entradas para la función nocturna. “¿Señor, merece la pena el espectáculo?". "A mí no me pregunte, caballero”.
Hay indicios de que esta temporada el Big6 va a pasar apuros para mantener su status. Basta con mirar a la clasificación. Al igual que sucediera con la fractura y dispersión del supercontinente Pangea, la fractura en bloques ha sido lenta pero múltiple: primero fueron el Big6 y los otros catorce, ahora son el Liverpool y el Manchester City y otros dieciocho.
Récords por doquier.
Volvamos a los récords. No existen precedentes en el fútbol inglés de una época en la que se hayan batido tantas plusmarcas en menos tiempo. La pasada campaña reds y skyblues sumaron 195 puntos en conjunto y se intercambiaron el liderato hasta en 32 ocasiones (cifra inédita, aunque es obligatorio aclarar que algunos de esos cambios de líder se dieron en una misma jornada a causa de la dispersión de los horarios). Los 97 puntos del Liverpool, segundo, hubiesen servido para ganar todos los campeonatos de primera división de Inglaterra excepto el de 2019, el de 2018 y el de 1979 (aunque cuando en 1979 el Liverpool hizo 98 puntos el calendario tenía 42 partidos).
A finales de 2017 el Manchester City de Pep Guardiola empezó a reventar de forma sistemática récords de la primera división del fútbol inglés, cuyo año de inicio se remonta a 1888. En diciembre obtuvo la mayor racha de triunfos consecutivos (18). Cinco meses y pico después sumó 100 puntos, colecta jamás recaudada antes, anotando 106 goles en liga, otro récord. En mayo de 2019 consumaba su triplete doméstico (Liga, FA Cup y Copa de la liga), botín nunca antes conseguido, torturando al Watford con un 6-0, la mayor goleada en una final de FA Cup desde 1903.
Entre medias el Liverpool se lo pasaba pipa ganando la Champions League. Con su victoria ante el Chelsea de este domingo 22 de septiembre los reds sumaban 15 triunfos consecutivos en liga, superando los 14 del Arsenal de Wenger en 2002. Un inciso: cuando en agosto de 2002 el Arsenal llegó a la cota de 14 estaba traspasando el umbral de 13 establecido por el Preston en marzo de 1892. El récord del Preston estuvo vigente 110 años. En los 17 años posteriores a su consecución la plusmarca del Arsenal de Wenger ha sido sobrepasada tres veces, dos por el City y una por el Liverpool.
Hay más. La temporada 2018/19 arrancaba con tres equipos (Liverpool, Manchester City y Chelsea) sin perder en las 12 primeras jornadas, hito sin precedentes. También se dieron registros negativos, como que los tres descendidos de la temporada pasada, Cardiff City, Fulham y Huddersfield Town, obtuviesen la nimia cifra de 4 puntos de 90 contra el llamado Big6. El primero de esos 4 puntos llegó el 5 de mayo, con un empate del ya descendido Huddersfield ante el Manchester United.
Todos lo récords mencionados arriba se han dado en menos de 24 meses.
Como el Real Madrid y el Barcelona.
Una bicefalia así de dominante es novedosa en Inglaterra, pero en España nos tiene que sonar. Entre 2009 y 2013 La Liga vivió la era de las plusmarcas colectivas (las ligas de los 100 puntos, los 121 goles del Madrid de Mourinho, los 16 triunfos seguidos del Barcelona de Pep Guardiola) e individuales (50 goles de Messi, 46 goles de Cristiano Ronaldo). Muchas de las plusmarcas actuales del campeonato de primera división de España datan de 2009 hasta ahora. En Inglaterra está pasando exactamente lo mismo: la producción de récords se ha disparado y alguno de ellos va a durar décadas.
Es rotundamente falso que en la Premier League actual cualquier partido está competido. Hoy en día sucede menos que en otras ligas. En las tres primeras campañas que el servicio de estadísticas Opta recabó datos de posesión (2003/04 a 2005/06) sólo hubo tres partidos en los que un equipo tuvo un 70% o más de posesión. Tres partidos en tres temporadas. En la 2018/19 hubo 67. Es otra cifra récord. Las causas son interpretativas, pero se puede llegar a un consenso básico: hay equipos que saben pasársela mejor que otros, imponen por tanto su juego, y hay muchos clubes que, asumen su inferioridad y plantean un partido defensivo, o simplemente son sometidos. Lo que pasa es que sucede infinitamente más que antes.
Es difícil, pero si uno se distancia del alborozo momentáneo de un gol sorpresa o del día a día de los resultados, puede ver la lucha por el título de la Premier League como una rutina de suelo de Simone Biles o un aleteo de Caeleb Dressel. La incertidumbre no está en si ganarán, sino en cuánto tardarán en hacerlo. Seguirá habiendo caídas, faltaría más. Sin ir más lejos el Manchester City perdió en Carrow Road en la quinta jornada, pero no las suficientes para perturbar este status quo clasificatorio.
Hoy el Liverpool marca el ritmo con 18 puntos de otros tantos posibles. Lo normal es que el Manchester City (13 puntos) le aguante el pulso y que, salvo lesiones de gravedad, la lucha por el título de la Premier League vuelva a irse hasta los noventa y pico puntos.
El fenómeno no deja en mal lugar a nadie. El resto de clubes de Premier League no son comparsas, como tampoco lo eran el Athletic Club de Marcelo Bielsa, el primer Atlético de Simeone, el Málaga de Pellegrini o el Valencia de Unai Emery. Simplemente los otros dos son demasiado buenos.
Una oficina de contabilidad daría por hecho que la lucha por el título se irá a los 90 puntos. Si acaso estaría trabajando en un pronóstico de variables, endógenas o exógenas, que puedan desacelerar la tendencia. Este humilde autor cree que serán endógenas, que el fin de ciclo vendrá de ellos mismos, que la era de los récords expirará cuando Klopp (contrato hasta 2022) y Pep (2021), los dos entrenadores del momento, se vayan, o cuando Liverpool y Manchester City acometan una regeneración de sus plantillas, algo que no se prevé a corto plazo en vista de la juventud de ambos planteles.