Los datos de la intensidad del Real Madrid que pedía Zidane
El técnico salió muy disgustado de París por la falta de ímpetu a la hora de defender y el equipo tomó nota para Sevilla. Las estadísticas hablan por sí solas.
Zidane pidió intensidad y Zidane obtuvo intensidad. El técnico francés hizo un análisis muy concreto del derrumbe del Real Madrid en París ante el PSG (3-0) y el equipo blanco tomó buena nota de cara al siguiente partido, la visita al Sánchez-Pizjuán de Sevilla (0-1). "Nos ha faltado mucha intensidad. A este nivel de competición en cuanto te falta intensidad, es complicado. En cada balón dividido hemos perdido los duelos. Luego no hay más", comentó el preparador marsellés tras la derrota en el debut de Champions League, algo que el resto de miembros del vestuario ratificaron salvo Casemiro, que negó ese extremo (quizás por entenderlo como falta de actitud, quizás porque la intensidad es algo que el brasileño no es capaz de perder ni aunque lo busque).
Esa intensidad fue la nota dominante en el partido del Real Madrid ante el Sevilla, un duelo táctico, de pizarra, con pocas ocasiones y en el que los blancos penalizaron uno de los escasos fallos que cometieron los pupilos de Lopetegui. Varios datos estadísticos secundan dicha idea, empezando por lo más básico: el resultado. Por primera vez este curso, el Madrid dejó la puerta a cero. Courtois, en horas bajas tras su pobre actuación de París, no tuvo que enfrentarse a un solo disparo a puerta por parte del Sevilla, lo que sin duda favoreció su labor; no sucedía desde agosto de 2016, cuando el Madrid venció 0-3 en Anoeta sin recibir ni un chut entre palos.
El Sevilla sí remató fuera de palos (10), pero casi siempre en situaciones incómodas o en tiros de larga distancia, muy poco proclives a acabar dentro de la portería rival. Contra el PSG la tónica fue totalmente opuesta: de siete disparos, fueron más entre palos (5) que fuera (2). La longitud entre la defensa y la medular blancas en el Parque de los Príncipes le dio a los velocistas del PSG (Di María, Sarabia, Icardi...) metros para generar ocasiones claras y robos con la portería de Courtois escasa de protección.
La intensidad blanca en Sevilla se tradujo en recuperaciones y en duelos ganados, más que cualquier otra cosa. En París, el Madrid (sin contar a Courtois) recuperó el balón 41 veces; en Sevilla, siete más, 48. Y en Francia los jugadores blancos entraron en 100 disputas, de las que ganaron 55; mientras que en el Pizjuán fueron 115, de las que ganaron 61. Curiosamente, el porcentaje de éxito en disputa fue algo mayor en París (55%) que en Sevilla (53%), pero el dato clave fue un aumento del 15% en la aparición de jugadores blancos en esas situaciones.
En París, el Madrid se impuso en el 56% de las entradas; en Sevilla, ese porcentaje creció hasta el 65%. Hasta en el dominio del césped mismo mejoró sustancialmente el Madrid: en París, concedió claramente la ventaja territorial (tiempo del rival en campo contrario en posesión del balón) al PSG, con un 59% para los de Tuchel y un 41% para el Madrid; en Sevilla se mantuvo el equilibrio, con un 50% para cada equipo, síntoma de un duelo de poder a poder que el Madrid se llevó gracias a un gol de Benzema y a esa intensidad que tanto quería Zidane.