SEVILLA - REAL MADRID | LA INTRAHISTORIA
Cuando José Antonio Reyes humilló a la galaxia blanca
Hace casi 15 años, en una noche lluviosa, Reyes realizó su último gran partido con la camiseta del Sevilla antes de irse al Arsenal.
Todo recuerda a Reyes en el Sánchez-Pizjuán desde el fatídico accidente en el que perdió la vida el pasado verano. El que es, sin duda, el jugador con más talento que ha salido de la cantera sevillista sigue apareciendo en la memoria de los sevillistas a la mínima ocasión en la que su recuerdo es posible. Y la visita del Real Madrid hace volar la mente casi 15 años atrás en el tiempo, en una noche lluviosa en la que Reyes realizó su último gran partido con la camiseta del Sevilla antes de ayudar a sanear las cuentas de la entidad marchándose al Arsenal.
Y la víctima que tuvo que hincar la rodilla humillada (4-1) fue nada más y nada menos que el Real Madrid de los Galácticos que entrenaba Queiroz. Los blancos llegaban con numerosas bajas atrás, pero lo cierto es que sobre el césped se alineó nada más y nada menos que a Beckham, Figo, Ronaldo, Raúl... y Zinedine Zidane. El Sevilla, por su parte, no podía contar con Julio Baptista, su goleador del curso, pero sí con la inspiración de un José Antonio Reyes estelar. El utrerano tuvo una de esas noches mágicas, escoltado por un excelso Daniel Alves, y por su pies pasaron todas las jugadas de los cuatro goles de ventaja con los que el Sevilla se marchó al vestuario. Reyes flotaba sobre el césped a una velocidad superior y usando su pierna izquierda con la torería que lo acompañó hasta el fin de su carrera profesional.
Aunque no lo sabía, aquella fue su última gran noche con la camiseta del Sevilla, puesto que Arsene Wenger no quiso esperar más para tener a su servicio al que era el jugador español con más proyección del momento. Su venta dejó 24 millones de euros y fue la base para la creación del primer gran Sevilla del siglo. Reyes hizo carrera en Arsenal, Real Madrid, Benfica y Atlético de Madrid antes de regresar a su casa y capitanear el segundo ciclo victorioso de la entidad en el siglo XXI. El Reyes que volvió ya no era el relámpago fulgurante de su juventud. Perdió velocidad pero supo adaptarse a la perfección a sus nuevas condiciones y encontrar en Unai Emery a un entrenador que lo entendió a la perfección para dar tres años excelsos en los que levantó la Europa League en otras tantas ocasiones. "Míster, si quieres ganar ya sabes que me tienes que poner, que yo nunca pierdo una final", decía con sorna Reyes en la previa de cada uno de los títulos europeos que disputó en las filas del Sevilla.
A Reyes siempre le persiguió lo que pudo ser y no fue. Quizás, porque el espejo de aquel 4-1 al Real Madrid de los Galácticos, en el que su pierna izquierda fue una batuta, es un recuerdo imposible de igualar.