Callejón y Llorente tumban al campeón en San Paolo
El exmadridista forzó un penalti realizado por Mertens, el riojano aprovechó un regalo de Van Dijk para sentenciar en el descuento. El Liverpool, como hace un año, cae en el San Paolo.
El Liverpool, como hace un año, cae en el San Paolo ante un Nápoles aguerrido y con ganas de venganza por la sufrida eliminación del 2018: un penalti de Mertens forzado por Callejón y Llorente, que también le tenía ganas a los Reds por la final del Wanda, firmaron el triunfo tras un partido intenso e igualado. Los de Ancelotti, con un juego vertical y rápido, pusieron enseguida en apuros a los Reds y, en el 7’, Fabián remató a puerta dos veces, encontrando en ambas las manos de Adrián (en el segundo rechace, Lozano cabeceó en la portería vacía, pero en fuera de juego). La jugada había nacido desde los pies de Insigne, cuyo error poco después activo un peligroso contragolpe que terminó con un remate de Mané desviado fuera por Meret.
Tras un comienzo intenso, los equipos se concedieron una fase de estudio, aunque antes del descanso la zaga local se olvidó de Firmino en un córner y el testarazo del brasileño llegó muy cerca del 0-1. La reanudación comenzó con dos milagros, uno por portero. Adrián sacó de la escuadra un remate de Mertens desde el área chica con el que será, probablemente, el paradón de esta jornada; Meret también mostró su talento neutralizando un intento de Salah tras un error garrafal de Manolas, que le entregó el balón al egipcio con un mal pase.
El equilibrio duró hasta el 82’, cuando lo rompió José Maria Callejón. El motrileño, que hace un año cedió a Insigne el balón que tumbó a los ingleses sobre la bocina, esta vez forzó un penalti chocando con Robertson y Mertens, desde los once metros, batió a Adrián. El asalto Red para lograr al menos el empate apenas tuvo efectos, y la presión azzurra hasta el descuento desquició a van Dijk, que con un mal pase puso a Llorente solo delante de la portería. El riojano, que disputó los últimos 20 minutos, aprovechó el regalo y firmó su primer gol napolitano, una diana que sus nuevos tifosi difícilmente olvidarán. Al final, sí hubo 'vendetta'. Y por partida doble.