Análisis: El Valencia le 'pone' lema a su crisis: "Es lo que hay"
El Valencia viaja mañana a Londres tras la goleada recibida en el Camp Nou. Lo hace con sus jugadores de 'huelga de silencio', haciéndose preguntas sin respuesta y con Celades solo.
El Valencia deprimió a su afición en el Camp Nou con su derrota y la encendió en redes sociales con sus mensajes. El tuit institucional que colgó el club tras la goleada en Barcelona recibió como respuesta un aluvión de críticas hacia la gestión de Peter Lim a raíz del despido de Marcelino. La frase “es lo que hay”, incluida en el tuit mencionado, en un día en el que tanto dirigentes como futbolistas, aunque por motivos diferentes, habían optado por la ‘ley del silencio’, solo hizo que indignar más si cabe a los tuiteros blanquinegros, que horas antes ya habían mostrado su disconformidad con la comparación que el club había hecho del Valencia con David frente a Goliat (Barcelona), un símil en redes que muchos aficionados entendieron como un empequeñecimiento de la historia del club de Mestalla.
“Hemos sufrido pero debemos unirnos los que amamos al @valenciacf. Sin luchas, ni distracciones que solo nos dañan. Es lo que hay. Cerramos filas y defendemos el VCF. Sin mirar nunca atrás”. Este fue el mensaje institucional que colgó el Valencia en su Twitter minutos después de la derrota en el Camp Nou, un mensaje pensado y supervisado directamente por el presidente Anil Murthy. El de David contra Goliat fue gestado por Keishi Matsuyama, fichado hace unos meses para potenciar las redes del club (con imágenes de rinocerontes defecando incluidas) y que presume de tener relación directa con Peter Lim, un gurú a ojos de la propiedad que colgó esta semana un tuit diciendo que el himno de la Champions sonaría la próxima semana por Mestalla cuando el partido contra el Chelsea se juega en Londres.
Cinco días después del despido de Marcelino, nadie en el Valencia ha explicado los motivos de la decisión de Peter Lim. Ni tan siquiera se les ha dado argumento alguno a los futbolistas. Anil Murthy presentó en el vestuario a Albert Celades el pasado miércoles diciendo “este es vuestro nuevo líder” y sin dar ninguna explicación más a los jugadores, cuya sinergia con Marcelino había quedado patente en múltiples ocasiones. Desde ese instante el vestuario ha estado con la mente dispersa, buscando respuestas que Celades no puede darles -y así cuesta más ganarse la confianza- e ideando los futbolistas más fórmulas de protesta que preparando como mandan los cánones los partidos contra el Barcelona (5-2) y Chelsea.
Los futbolistas, como desveló AS.com, mantuvieron el viernes una de tantas reuniones que han mantenido en los últimos días entre ellos a raíz del despido de Marcelino. En esa cita decidieron y así transmitieron después al club su postura de ‘Silencio de stampa’. Ni atenderían a la prensa después del partido contra el Barcelona ni tampoco en la previa ni después del Chelsea, con la consiguiente sanción de LaLiga y UEFA y las pertinentes explicaciones a los medios, ingleses y del resto de Europa incluidos, si no se desbloquea la medida antes del desplazamiento a Londres. A los jugadores el cuerpo les pide decir lo que piensan sobre el despido de Marcelino, aunque saben que con ello potenciarán la polémica y, a su vez, piensan que desde la propiedad se les tomará la matrícula.
La goleada contra el Barcelona conlleva que de puertas hacia fuera se caliente más el ambiente y de puertas hacia dentro se generen más dudas. Analizando las estadísticas no ven tantas diferencias como sí en el marcador (5-2) con respecto a las últimas dos visitas al Camp Nou, en la que se empate a dos el curso pasado y se perdió por 2-1 el primer año de Marcelino (posesión: 35,4%, 31,3%, 37,5%; remates recibidos: 17, 16, 12; remates realizados: 9, 12, 12; balones perdidos: 107, 107, 109; balones recuperados: 48, 56, 59). Pero la realidad es que el Valencia no encajaba cinco o más goles desde que visitó también al Barcelona con Gary Neville en el banquillo (7-0) y que en ninguno de los 110 partidos con Marcelino, el equipo hacía encajado dos goles en los seis primeros minutos. Ello incita a pensar que la mente de salida no estaba en el Camp Nou y quedó en evidencia que el golpe del tercer gol del Barcelona dejó ya sí noqueado al Valencia. En este sentido, las caras de los futbolistas en la vuelta al trabajo este domingo eran un poema.