A Stuani le da igual el rival o la categoría
Sus tres goles doblegaron a un Rayo que hizo un buen partido.
Parece difícil de creer que un equipo con Stuani en sus filas no esté a final de curso luchando por subir a Primera. Porque el Girona no solo tiene una gran plantilla, sino que tiene a un futbolista diferencial. Ayer el Rayo fue superior en muchos tramos del partido, dibujó buenas jugadas y se acercó a Juan Carlos. Pero es que Stuani cazó una y la metió, no falló un penalti y recogió un rechace para cerrar el choque. Solo ha jugado dos partidos y ya es pichichi.
No podrá decir Unzué que no esperaba la presión alta del Rayo, pues es una de las señas de identidad de su técnico, pero eso no evitó que le supusiera un problema. El Girona, sobre todo en los primeros minutos, realizó pases arriesgados, perdió balones peligrosos y permitió al Rayo recuperar en campo contrario. Un problema para el equipo local, que vio como los remates de Ulloa se sucedían. Los buenos centros laterales del Rayo siempre encontraban rematador, mientras que a los catalanes les costó hilar el juego. Cuando Borja García entró en contacto con el balón, sin embargo, generaron mucho más. Y acertaron: Gallar condujo tras un robo y sirvió una buena asistencia a Stuani para el 1-0. Pocos minutos después la secuencia se invirtió, y fue Stuani quien dejó solo a Gallar frente a la portería. Alberto evitó el 2-0.
Trejo envió un balón al palo tras otra gran jugada colectiva del Rayo a los cinco minutos de la reanudación mientras que Gumbau contestó con un disparo en un contraataque. Un partido eléctrico, bonito para el espectador y del que el Girona sacó ventaja: Catena llegó tardísimo y cometió un penalti sobre Jairo que convirtió Stuani. Tras unos minutos noqueado el Rayo recortó las distancias en el 73’ con un gran gol de Embarba y la inercia del partido le llevó hacia delante. Con un gol de diferencia y la sensación (y realidad) que no era inferiores, se volcaron arriba. Y el Girona sentenció: Stuani recogió un rechace y no falló.